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hora supongo que, tendré que empezar a hablar del lado más sensible del grupo. Sí, sí, eso es de Alfonso, de Ricardo y de Andrés, no necesariamente en este orden, pero sí que empezaré a hablar de ellos. Pongamos que podría hablar de la hipocondría de Alfonso y lo sensible que es, pero no, porque creo que ni él está preparado. Podría hablar de Ricardo y su problema para romper la corteza de ese capullo, donde esconde la mariposa que lleva dentro, pero tampoco. No, definitivamente hablaré de Andrés.
Andrés, que grandes recuerdos junto con él. Siempre nos metemos con él, entre comillas, pero lo hacíamos para que espabilara. Eran tipo, “búscate una novia y deja en paz las faldas de tu madre” o una muy buena que soltaba su primo, que ya estaba hasta el mismísimo gorro de aguantar según qué, “si por ti fuera, la raza humana estaría en peligro de extinción”. Un poco dura, pero real como la vida misma.
En realidad, es el único del grupo que no cuenta su vida privada. Bueno, de acuerdo, porque no tiene y le avergüenza todo lo referente con las mujeres. Es oír algo en femenino y empieza a tartamudear. Así que mejor, no hablemos de temas sexuales. Bueno, algo hablaremos, sus temas sexuales son, sinceramente de fetichista, porque solo cuando le hablas de formatear cualquier ordenador, o que tienes un virus, entonces, en ese momento, sufre un orgasmo.
Es el más raro de todos, porque prefiere quedarse en casa jugando con juegos de ordenador. Y las veces que logramos sacarlo de casa de sus padres, nos mira con cara de indiferencia cuando le hacemos alguna broma tipo “el día menos pensado te llevaremos de putas y verás lo que es catar una buena moza, que digo buena, una profesional”. Entonces se cierra en banda, y coge lo primero que tiene a mano, ya sea el móvil, para jugar a los juegos, o la videoconsola que tiene a mano en ese momento.
Bromas aparte, si le hacemos esas cosas, es para que espabile. Porque él es el primero que agradece el salir con nosotros. Pero le cuesta, salir de internet. Y si mirará páginas guarras, aún. Pero no, solo juega a un juego de red que creo que se hace llamar no se qué Warcraft, o algo así. Siempre que quedamos nos cuenta una historia diferente sobre el juego, que si es setenta con un personaje, que si es el máximo, etc. Etc. Cuando él habla de lo suyo, nosotros, nos hacemos los interesados, pero lo cierto es que no entendemos ni papa.
Otra cosa que no se le quita de la cabeza, es que es un cinéfilo empedernido, y le es igual, actor, actriz, director, etc. Pero como he dicho, es fetichista, al fin y al cabo. Le gustan sobretodo Quentin Tarantino y el famosísimo Woody Allen. Una cosa que tendremos que cambiar, pues bien, digamos que estos dos personajes, no es que sean agradables a la vista de una mujer. No puedes ir al cine, y decir “ah, cariño, mira podríamos ir a ver la última de Quentin Tarantino, que me han dicho que salen unas cosas buenas, ya sabes casas pegándose fuego, putas yendo de barra en barra, y de postre, muchos tiros”. Vale la cara que pondría la chica, mujer o lo que sea, sería una especie de repugnancia y asco, que acabaría dejando a Andrés en las puertas del cine, donde habían quedado, para salir juntos. Cosa que a él no le hubiera importado mucho, pues hubiera entrado de todas formas.
Una de las conversaciones de las que más bromeamos, tiene que ver con esto último que he comentado antes. Es del tipo:
-Andrés ¿si tú por casualidad quedaras alguna vez con alguien?- le damos un golpecito en el codo, y al girarse, le guiñamos el ojo.- Ya me entiendes.
-Pues no sé, en primera, porque no hay, quien se interese por mí, y yo por nadie. Creo que si me quedo con alguien, alguna vez, será con Misa Misa. Ya sabéis lo que me gusta.
-Ya, pero digamos que tienes un problemón, y es que, para empezar es un dibujo animado de una serie manga, y la otra es que creo que si la vieses en persona, tartamudearías tanto que no le dirías nada más que gu… gusta… tu… me… gustas.
-No, venga queréis que hagamos una apuesta. Si yo encuentro a una chica que en los cosplays (disfrazarse de dibujos manga) se disfraza de Misa Misa, al menos, le daré una oportunidad, para que salga conmigo.
Eso fue lo que nos despertó las ganas de encontrarle una chica con estas características. Una chica freak para un tío freak. Pero bueno, que todo esto tiene su explicación.
Al día siguiente, todos vimos la serie donde aparece esa chica, que tenía embobado a Andrés. Al acabar de verla, no duramos más de dos días, a ver que es cierto que la chica no está mal, pero también es cierto que sería un poco raro, el ver una tía disfrazada como la personaje de esa serie. Bueno, disculpa, sería raro ver a Andresito con una chica, fuera cual fuera.
Charlie, se encargó de buscar mujeres, que él ya sabía que eran raras. Y alguna que otra que Pedro puso por ejemplo; nos trajo una, que cantaba a leguas de distancia que, mínimo, le cobró uno o dos picos antes de seguirle por donde fuera. Sinceramente, estuvimos una semana y media buscando pero lo único que encontramos, no fue más que paja dentro del pajar, nunca llegamos a encontrar la famosa aguja.
Los días iban pasando y no sabíamos ya que hacer, cuando entonces, Alfonso tuvo una idea.
-Eh, chicos ¿Por qué no nos compramos el juego ese y nos hacemos pasar por una chica de aquí, de por la zona?
-Suena tan descabellado que me encanta, pues entonces, mañana mismo lo compramos entre todos y a ver qué pasa.- Dijo Charlie.
Creo que os podéis imaginar el resto de la historia, si, es cierto seríamos una chica cibernética, pero lo que nos faltaba era el molde, para quien no lo pille, la chica en sí.
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