Cuando cae la noche,
Y deja entrar el día
Tu rostro veo,
Cubierto de viejas heridas,
Dejando paso a cualquier
Ayude que necesites.
Te ayudo.
Bajo,
Por tu hermoso cuerpo,
Y dejo embelesarme,
Por su historia,
Sus manchas,
Tú.
Anoche olvidé,
Cualquier tipo de
Reparo, pues no me fijé
En caracteres distintos,
Simplemente
Te seguí.
De la comisura de tus labios
Emana una vida tenue
Y apagada, que, aunque,
Estés conmigo en cama.
No logro adivinar,
Pero aún así, sigo
Acariciándote.
Me das las manos,
A merced de lo que pueda pasar.
Y en ese momento,
Nos besamos.
Juego con tu espalda,
Quitando el resto de la ropa que dejé ayer.
Te prometo ser uno,
Tú y yo.
Pero lo único que consigo es
Caricias, y más caricias
Besos y jadeos
Secos y violentos.
Intento descubrir tu cuerpo,
Bajar por esa montaña que es tu figura,
Y cada dos por tres me paro, porque
Cada milímetro de tu cuerpo es
Un mirador.
Detallando el alba de un día,
Me desperté y no estabas.
Me preocupé, pero
Al levantarme,
Noté que me estabas explorando
A las luces de esa intimidad
Que es el amanecer.
1 comentario:
wenas mi niño, espero que te hayas inspirao en mi para escribir este pequeño pero gran poema, sino ya sabes lo que te espera...otra noche para que me inspecciones y puedas hablar de cuerpo.TE QUIERO
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