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a verdad es que tuve que esperar tres días, tres días que se me hicieron largos en muchos aspectos, en casa no era lo mismo, digamos que ya no veía a Inés con los mismo ojos y los días, bueno los días pasaban lentamente, eran interminables. Nadie llamaba, todo el mundo estaba en su propio mundo, todos ocupados en ellos mismos. Pero yo también tenía que ayudar a mis padres, una vez te paras a pensar te das cuenta de que siempre hay cosas que hacer y a mí me tocaba el ir a ayudar a personas mayores. Me llevé a Jaime, para no dejarlo solo, para hacerle unas cuantas preguntas.
-Bien hijo ¿qué tal andas?
-Bien papá, saco buenas notas, tengo seis novias y soy el chico que más hoyos tiene en la arena del parque.
Me paré a pensar y luego me acordé, que yo a su edad también las tenía de seis en seis. Mi hijo sería un gran triunfador, aunque también admito, que cuando oí que tenía seis novias pensé “pobrecillo si las tiene que indemnizar al divorciarse”, simplemente soy un padre que se preocupa por el futuro de su hijo, nada más.
-Así me gusta, sigue pisando fuerte Jaime, nunca se sabe que puede pasar en un futuro, trata a las chicas con respeto y ellas te respetaran, si no lo haces así, acabaras intimando con las almohadas.
-No, yo las trato bien, como dijo mamá, yo soy lo más opuesto al tío Pedro y que tú. Papá ¿tú conoces a alguien que intime con las almohadas?
-Sí, el tío Pedro, él lo hace constantemente.
-El tío Pedro es un poco cerdo.
Había algo que no entendía, mi hijo era raro que supiera que era intimar.
-Un momento Jaime ¿tú sabes lo que significa intimar?
-Papá soy el primero en la clase, y lengua castellana es la que mejor me va, claro que sé que es intimar, intimar es lo que hace mamá con Lorenzo.
Me quedé mudo, no lograba a entender donde iba a terminar el discursito de mi hijo, pero de todas formas no lo iba a dejar correr, seguí preguntando.
-¿Y qué hacen Lorenzo y mamá?
-Pues van juntos al cine, van a restaurantes como el McDonald’s, van de tertulias literarias y se suelen decir cosas bonitas en la cama.
-¿No te referirás a que iban en pasado me refiero?
-No, no, aún van, lo que pasa es que dicen que es un juego y tú los tienes que descubrir o algo así. A mí me gustas más tú, papá.
-Me alegra que me digas esas cosas hijo, ahora prestaré más atención.
Mientras tanto llegamos a casa de mis padres y lo que pude ver tan solo entrar por la puerta fue, que mi madre estaba con los ojos rojos, de llorar supongo y mi padre, ni siquiera se inmutó que estaba allí, como siempre.
-Mamá ¿por qué lloras?
-Porque soy una desgraciada y mientras tu padre está tirando mirando la tele, yo tengo que preparar la comida, para poder hacer conejo con cebolla al horno.
-Ah, pensaba que pasaba algo peor. Vengo a ver si os puedo arreglar el grifo, para que así, hagáis guerras de globos de agua o para que simplemente os podáis duchar sin tener ningún problema a la hora de abrir dos grifos con agua caliente.
-Mercedes ¿quién es?- se oyó al fin a mi padre.
-Es tu hijo, que ha venido con Jaime.
-Hombre, cuánto tiempo. Pasad que no tengáis miedo de un anciano como yo.
Jaime se adentró hacía la sala de estar, yo en cambio, me fui a hablar con mi madre, que siempre me había ayudado, en los problemas conyugales, por decirlo de alguna manera.
-Mamá ¿has oído algo por el barrio últimamente?
-¿Algo como que la Belén Esteban se ha casado?
-No algo más cercano a ti.
-Sí, ahora que lo dices, la chica nueva que han puesto justo encima de tu padre y mía, se descubrió que es prostituta, lo sabemos porque siempre trabaja de noche y siempre trae muchos hombres, ella es muy guapa, pero nadie le quitará que es puta.
-No, eso tampoco. Es que verás, antes de que digas te lo dijimos, escúchame por un momento- asintió como decir “sí, sí, habla, pero que sepas que te lo advertí”-veras, el otro día quedé con Alfonso en el Borne, bueno el otro día no, ayer, para ser más exactos. Y vi una cosa que me llamó la atención, vi a Inés saliendo del McDonald’s cogida de la mano por Lorenzo.
-Cariño, eso no es nada ¿sabes cuánto tiempo estuvieron saliendo? Acabaron como amigos nada más.
-Sí que hay algo más, a la hora de decirle, no sé qué chorrada a Jaime, me ha dicho que Lorenzo e Inés intiman.
-Hijo, te lo dije, sé que te he dicho mil veces que no volvieras con ella, pero te lo dije, te lo advertí y recalco una cosa, tu mujer siempre ha sido una fresca.
-Mamá no sigas por allí, que sé de buena tinta que cada día quedabas con ella cuando no estábamos juntos, además fuiste la primera que se alegró cuando volvimos, además que la quiero, pero visto lo visto, creo que lo tendremos que dejar.
-¿Te preparo la habitación, o tienes donde ir?
-Por ahora no, espera unos dos días, la pillaré en menos de dos días. Créeme que lo haré
Jaime y yo estuvimos en casa de mis padres unas cuatro horas más o menos, mi padre se divertía con el niño, mientas yo estaba trabajando arreglando tuberías y otras cosas así. La porquería que me caía en las manos, eran la suciedad de esta sociedad de hoy en día, con tanta hipocresía y tanta vanidad que daba asco hasta acordarse de que estaban allí presentes.
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