jueves, 1 de octubre de 2009

Peliculas de miedo

Normalmente este género, por llamarlo algo, se utiliza para las primeras citas, esas en las cuales a los hombres le sudan las manos para demostrar que dan la talla, también sirve para demostrar nuestro machismo, y consiste en demostrar valentía acompañada de frases como “agárrate a mí que esto siempre pasa, es que no sé qué harías si yo no estuviera”, cosa que si sale bien la chica acaba cediendo abrazándose al nuevo héroe de la película, no al tío que están intentando matar en pantalla, si no uno mismo, el que está siendo telespectador encima de una butaca años luz de lo que está pasando en sí el personaje en cuestión. Dicho de otra manera acaparas todo tipo de protagonismo en ese momento y mientras sacas pecho vas pensando en un osito Teddy que seguro te estará esperando para pasar esa mala noche que seguro no te quitará ni el beso de despedida.

El regreso a casa, suele ser ya un síntoma, nos referiremos a que cuando uno se queda solo, como en la peli, siempre le pasan cosas malas, y empezamos a cavilar con qué tipo de armas podríamos ser asesinados, y empezamos a sacar galimatías vacíos de sentido haciendo escenas en esas huecas cabezas que Dios nos dio, en ese preciso momento suena el teléfono… Por descontado no lo cogemos, pues en el cine salía que uno de los actores moría después de coger el teléfono y decir “diga”, cosa bastante frecuente, pero claro, no pasa nada si pone mama o algo que se le asemeje, uno de los números que suelen llamarte constantemente, pero claro como el film se te ha quedado corto, empiezas a recordar y te acuerdas de distintos personajes de películas por el estilo, en este caso Psicosis, la madre estaba momificada y el asesino se disfrazaba de madre para atacar, algo muy normal en la vida real. Nada que al final optamos por tirar el móvil y salir corriendo… Una vez sales para el lado contrario donde hemos dejado supuestamente el arma del crimen te das cuenta de que te siguen, no sabes cómo reaccionar así que metes las manos a los bolsillos y de pronto, sin saber muy bien por qué te dejan de perseguir, te das cuenta de que son las llaves de tu casa y decides ir andando a paso más tranquilo, pero con paso bastante inseguro pues no sabes muy bien de donde podrían aparecer las amenazas esperadas de la izquierda, de la derecha ¿qué más da? Simplemente sabes con certeza, que algo malo pasará y entonces notas como tu pie se queda encallado y no te puedes mover, te asustas y empiezas a mirar perplejo donde sientes que te oprime el dolor, todos en ese momento pensamos que es un zombi, pero en realidad es que has metido la pata en una zanja de la obra que están haciendo en tu ciudad, algo un poco más normal, pero menos fantástico. Después del fatídico viaje llegas sano y sano a casa, sin ningún rasguño visible, moralmente derrotado sabiendo que te espera arriba, una madre furiosa que te suele decir “¿ya has ido a ver una película de miedo? Así que hoy tendrás que dormir con tu padre y conmigo, pues qué bien ¿quién diría que tienes veinte años? Por Dios. Caso aparte al menos besaste a la chica ¿verdad?” Ese suele ser el momento en el cual uno piensa y dice “ya decía que se me olvidaba algo”, lo más curioso es que la “chica” como la suelen llamar las madres, vive a una manzana de tu casa y es cuando uno piensa “es que encima soy gilipollas” pero subconscientemente pensamos “al menos se ha agarrado cuando las escenas de miedo… Aunque no las viera porque me asustaban, lo notaba su cuerpo contra el mío, soy bueno”.

Entonces es cuando entra el factor vamos a la cama, después de demostrarles tanto a tus padres como a los demás, ya sean hermanos, perros y otros enseres caseros que suelen visitar nuestra casa. Entras decidido a una habitación extraña, suele ser la nuestra y descubrimos que hay sombras donde antes no habíamos caído, encendemos la luz y nos damos cuenta de que ese monstruo que nos quería devorar era en realidad Teddy, el peluche que tenemos desde pequeño, volvemos a apagar la luz y nos damos cuenta de que notamos un pequeño rugido de hombre lobo, nunca se cae a pensar que es nuestro padre/madre roncando. Entonces decidimos hacernos los valientes y llamar a la princesa en cuestión, metemos mano a los pantalones para coger el móvil y nos damos cuenta de que en realidad lo hemos desechado antes, cuando creíamos que nos iban a matar con él, cosa bastante loable, la verdad. Entonces decidimos por marcar un punto fijo en la pared, un simple sitio donde concentrar nuestro sueño, pero claro no tenemos en cuenta de que en la calle hay ruidos, ya sean coches vecinos borrachos, parejas discutiendo, pero todo esto se transforma en algo tétrico, así que olvidamos por completo el punto y nos concentramos en sobrevivir. Más o menos sobre las cuatro de la mañana oímos como el pomo de nuestra habitación cruje, lo que tenemos más a mano es la sabana anti fantasmas, anti balas, anti cuchillos, anti todo en una palabra que nos salva de todas y cada una de nuestros pesares, miedos, inquietudes… Nos cubrimos y oímos una voz que viene directa a nuestros oídos “cariño, tu padre y yo nos vamos a la cama que ya va siendo hora ¿te dejo la luz encendida?” Entonces por miedo a salir del complemento de la cama negamos con la cabeza, que no hace falta incluso ponemos una excusa como “tranquila si total estaba leyendo” o alguna excusa por el estilo, así que dejamos que nuestra única salvación se vaya a dormir. Una vez se alejan los pasos, sustituimos el sonido de nuestros padres y lo cambiamos por el tenebroso tic tac del reloj.

Después de pasar una mala noche entre cafeína, para no caer en el mundo de los sueños, ni en ninguno que se le asemeje, y pequeños pellizcos que seguro dejan marca al cabo de todo el tiempo transcurrido. Nos vamos al trabajo como si no hubiera pasado nada… Y entonces la vemos, espléndida, más guapa que nunca y nos pregunta.

-Dio miedo la peli de ayer.

Y después de meditar la respuesta asentimos con un pequeño comentario que resume lo inútiles que llegamos a ser.

-Lo cierto es que un poco.

La chica en ese momento en vez de partir con una sonrisa en los labios y darse la vuelta carga su mejor arma y dice:

-Podríamos repetirlo.

Y el macho suele asentir, sin contar con los efectos secundarios, porque todos tenemos un Teddy al que acudir.

3 comentarios:

Paquita Pedros dijo...

ajajajajajajaajja intereante entrada pero que cierta es asi sois
un beso

Neogeminis Mónica Frau dijo...

jajajjajaa...es que la mente suele jugarnos ese tipo de trampas! jajaja...yo soy de lo más impresionable, así que evito las de "miedo" ajjaajaj..

Un abrazo!

FBM dijo...

Pues nada, vete a ver Rec(2). Seguro que te lo pasas pipa. Yo con el trailer de la tele tengo bastante.
Y...Muy buena entrada.