jueves, 31 de julio de 2008

Conóceme VII

T

engo que reconocer que después de estar viviendo casi tres años ya en casa de Pedro, las cosas habían cambiado para bien o para mal, pero al fin y al cabo cambiaron de alguna manera. Pero lo que más me sorprendió es que me preguntara sobre su cambio. Aunque tengo que admitir que mi compañero llevaba unos cuantos meses dándole vueltas a un asunto. Nunca me lo dijo, pero el asunto se dejó caer un día por la sala de estar de esta manera.

-Esto, Armando. Esta noche no vendré a cenar.- Primer paso que me mosqueó, no porque no viniera a cenar, si no porque nunca se perdía la serie de los jueves.-Es que me tengo que ir a cenar con mis padres.

-¿Tus padres? Pero si hace que no hablas con ellos desde que te viniste a vivir aquí solo.

-Pues por eso, que me voy a cenar con ellos.

-Seguramente te desviarás para ir al bar de la esquina que hay en frente del restaurante chino, para conseguir alguna cita algo húmeda por culpa del alcohol.

-Tío, que no es eso, ya sé que me he estado portando mal, referente a que bebo mucho. No pago para tener sexo “bueno a lo mejor en parte”, pero no es eso, que ya voy teniendo una edad, y tengo que empezar a comportarme.

-Ya, pues vete a la cama porque tienes fiebre o algo por el estilo, lo tuyo no es normal.

-Vale, te seré sincero, he concertado cita para una reunión de alcohólicos anónimos, y si son los jueves. Y por si te interesa también tengo cita los sábados por lo de adictos del sexo. Cosa que me he apuntado porque hay una morenaza que te cagas. No hablando en serio, creo que es lo mínimo que puedo hacer, para dar un pequeño cambio.

-Eso significa que también limpiarás la casa.

-Empecemos por lo que me preocupa en sí, y después si me queda, tiempo y fuerzas, ya veremos lo del limpiar.

-Bueno algo es algo, me alegra, que pensarás en lo que te dije mientras estabas en el trono.

Pasaron cuatro o cinco semanas, y fue entonces cuando Pedro, por primera vez en la vida me empezó a ayudar en cosas de casa. Sus hijos venían con más frecuencia a casa, para estar con el tío Armando, y su padre. Pero esta vez era seguro que los guardábamos entre los dos, porque nos íbamos al cine, y también al acuario, zoo, y otras cosas por el estilo. Muchos de los vecinos empezaron a pensar que éramos pareja de hecho, pero Pedro en vez de contestar, miraba hacia otro lado. Cosa que en tiempos pasados, antes de las sesiones, se le hubiera tirado a la yugular.

Me apoyaba, para hacer la comida, cena o lo que fuera. Nos sentábamos juntos para mirar la tele, y si fuera poco, el también aprendió un poco a escuchar, a su manera. Una de las conversaciones que tuvimos fue la siguiente.

-Armando ¿tú alguna vez echas de menos el estar casado?

-Sinceramente, si ¿por qué lo preguntas?

-Pues porque le he estado dando vueltas. A ver vale, es cierto que no es muy normal que yo pregunte, esas cosas. Pero es que desde que voy a las sesiones. Mucha de la gente que va dice lo mismo “por culpa de la bebida esto”, “por culpa de la bebida lo otro”, etc. Lo que vengo a decir ¿tú crees que yo podría tener a alguien siempre a mi lado si cambio?

-Mira Pedro, eso nunca se sabe, pero de una cosa sí que estoy seguro, y lo cierto es que a nosotros, por suerte o por desgracia, hemos sido padres muy jóvenes, tu sobre todo. Pero lo que vengo a decir a continuación es que por mucho que nos pese, también tenemos una vida adelante, un camino que se nos abre… Un momento tú has conocido a alguien, y lo estás adornando como si fuera de una novela rosa.

-No, no he conocido a nadie- se sonrojó, y miró para el otro lado- Pero el otro día vi a Ricardo que iba con otra de esas chicas que no hace ni caso, y pensé que, bueno al menos, si el cambia de parecer, lo tendría que admitir. No tendría porqué de ser tan duro con alguien por ser homosexual, aunque me dé mucho por culo, pero, que al menos le tendría que dar una oportunidad.

-¿Viste a Ricardo? ¿Y le saludaste? Bien de todas maneras, supongo que te daría esquinazo, porque te tiene miedo desde los seis años, por lo de intentar mearle encima y todas esas cosas. Creo que darle apoyo es lo mínimo que tendrías que hacer- Acababa de hacer lo mismo que mi padre hacía conmigo.

-Le tendré que dar una mano, o un bote de vaselina, yo es que no sé cómo funcionan estas cosas. De buenas a primeras, le llamaré y me preocuparé por él, y luego ya veremos ¿tienes el teléfono?

-Claro Alfonso me lo dio. Llámale, creo que de tan opuestos que soy, incluso puede salir bien que os deis un cambio entre los dos. Para que a él le sirva para salir del armario, y a ti a respetarlo tal y como es.

-¿Y qué hago si me propone el ir a un club de ambiente y esas cosas?

-Conociéndolo, al principio, te tomará por el pito del sereno, perdón, que te tomará a cachondeo. Sé amable con él y el resto vendrá solo.

Estoy orgulloso de mi compañero de piso, aunque burro, a veces demuestra tener sentimientos latentes, que dejan de piedra a cualquiera, incluso a mí que lo veo cada día, y lo conozco casi más que su propia madre.

Al poco tiempo de tener esta conversación, no sé estaba más seguro de que Pedro en cierto modo, o sea mucho, había cambiado para bien. Hombre no negaré que al principio me extrañó, pero después me fui acostumbrando.

Un buen día llamó Andrés, que no era muy normal, ya que siempre solía ser al revés, nosotros lo llamábamos a él.

-Escucha que tengo un notición.

-¿Cuál, ya estas con una chica?

-No… No, po… Por Di… Dios.- Era algo automático, metías un femenino en la frase y ya salía en modo metralleta.

-¿Entonces?

-Mi… Mi primo, que… que tiene pareja esta… estable. E… es, inte… inteligente, y… y tie… tiene… un hijo. Se… se di… divorció ha… hace po… poco, pe… pero es normal.

-¿Cómo, que tu primo tiene pareja? Espera avisaré a Pedro

-No… no va a ha… hacer falta, ya… ya es… está a… aquí.

-¿Cómo que ya está aquí?

-Pues eso, que… que ya está aquí.

Andrés me dio la dirección, de donde estaban. Y en cierto modo me sonaba mucho, tanto la dirección como el edificio. Estaba al lado del Punto y Aparte, pero no me llegaba la información a la cabeza.

Me fui cerca de mi casa, a comprar unas flores, un algo para entregarle a la pareja de Charlie, y ver cómo reaccionaría, tanto al verla como al criticarla, como al todo. Me acerqué por la zona del parque, y allí en ese momento encontré a Charlie, jugando con un niño con síndrome de Down, y luego en el otro extremo, por muy raro que parezca, Pedro estaba hablando con otro niño igual. Parecía como una pequeña epidemia, dos de mis amigos jugando junto chavales con el síndrome de Down, increíble.

Lo cierto es que me conmocionó tanto la escena que ni me di cuenta de que estaba Andrés, mirándome y riéndose a la vez.

-Eso explica muchas cosas- me dije para mí.

-Tantas que da miedo- noté que me dijo una voz a mi espalda. Era la voz de un hombre, bastante mayor, debía tener los sesenta, pisando casi los setenta, pero tenía una voz un tanto, como llamarlo… serena y segura de lo que decía en ese momento.- Por si no te ha hablado de mí, yo soy el padre de Pedro- aunque estuve a punto de decirle que para él estaban medio muertos, me reservé asintiendo- supongo que te preguntarás quien es ese chico que está junto a Pedro- me lo preguntaba, pero a la vez me asustaba, no sé era una cosa que no me concernía, bueno en parte- es su hermano pequeño Jonás. Tiene veinte años, y Pedro no se interesó por él, hasta hace un mes y medio, cosa así. Si quieres te cuento una historia bastante divertida.

“Para empezar, tanto mi mujer como yo somos personas de bien, tanto que nuestros hijos han salido opuestos a nosotros, todos chicos, como te habrás dado cuenta, y en cierto modo a cual más guarro. Pues bien ahora que tengo 57 años me doy cuenta de que, uno de mis tres hijos en plan cerdo, ha cambiado por una especie de juego, o reto que el señor Carlos Andrajosa Andrea, le ha propuesto- si lo sé tendría que haber puesto desde un principio el apellido de Charlie, pero al fin y al cabo todo el mundo lo conoce por Charlie y punto, a mí nadie me dijo que conocería al padre de Pedro, ni al hermano- que cambie, en una serie de tiempo, es conmovedor, a la vez que extraño ¿no te parece? ¿Qué has tenido que hacer tú?

“Bueno entiendo que no me lo quieras decir. Pero lo que si te diré es como Pedro llegó a ser como es. Todo empezó la tarde en la que nació Jonás. Claro todas las atenciones del mundo, eran para el pequeño, que hasta el momento fue Pedro, pero una vez corrido ese velo, y descubrir que el pequeño era otro. Empezó a tramar cosas malas; para que me entiendas, empezó a juntarse con sus hermanos mayores, que no tenían idea buena. De hecho los dos están en la cárcel, uno por droga y el otro por violación, dos joyas, entiéndeme.

“Fue muy duro para mi mujer y para mí, el ver como el único chico que nos salió bien, resultaba que se estaba torciendo de mala manera. Por celos o falta de atención, no entendía exactamente el qué. Pero lo sentamos a la mesa y lo único que nos decía, casi escupiéndonos en los ojos era hijos de puta, cuando lo decía o lanzaba verborreas hacía mi mujer y hacía mí. Pero una tarde, de esas que lo echábamos de casa porque no lo aguantábamos más. Sabemos por vecinos que, por esa época se juntaba con sus hermanos, para “jugar” o putear como lo quieras llamar a las personas de bien.

“Al volver a casa vino todo amoratado y lleno de llagas, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Seguía en su huelga de hablarle con cariño a su hermano recién nacido. Bueno de hecho la única cosa que le repetía sin cesar, era aparte de renacuajo, subnormal, cosa que no nos gustaba mucho a ninguno de los dos. Una persona así como Jonás, lo único que necesita es tranquilidad, y que nadie venga y le suelte cosas como le soltaba su hermano.

“Pero ahora, como puedes ver, la cosa va como la seda, se ha dado cuenta que, al menos, mientras se meta con los demás, respeta el que su hermano, al cual siempre le ha tenido tirria, jueguen y paseen juntos.

Vale, yo todo esto no lo sabía, y si alguien me hubiera explicado todo eso, joder que me quedé helado, no sabía qué hacer.

-Armando ¿Qué te cuentas?

-Pues aparte de que no le conozco, me gustaría preguntarle muchas cosas. Y no sé por dónde preguntar.

En la distancia, el único fondo que reinaba, era Charlie, Armando y Jonás y en la distancia, un telón de incertidumbre que no acababa de preguntar como acabaría la cosa.

-Siempre tengo tiempo para contar una historia- me apremiaba la voz del padre de Pedro- por donde quieres que empiece.

lunes, 28 de julio de 2008

Conóceme VI

B

ueno, como he dicho anteriormente, esta historia no es solo mí, es de mis compañeros, amigos, camaradas, en otras palabras, es nuestra historia, no solo mía. Aunque me pese, tendré que dejar muchos temas a medias, pero otra cosa que os gustará será conocer como son en realidad mis amigos. Para abreviar cada uno es un mundo, con cosas buenas y cosas malas, como todos en general. Pero ciertamente si tengo que hablar de alguien desde un principio es de Pedro.

El señor, aunque de señor apreciareis que tiene muy poco, Pedregosa, más conocido como triángulo. Este personaje, digamos que lo tiene todo muy claro; a partir de sus dieciocho años empezó a tener hijos, de distintas madres, eso sí todas casadas o recién divorciadas. Por si no lo pilláis aún, Pedro Pedregosa es uno de los vendedores de colchones más buenos que tiene su empresa.

El caso es que el día en que me echó mi mujer de casa, me fui directamente al almacén que tiene él, y aunque me cueste admitirlo, no costó mucho convencerlo, basta decir, que empezó a reír y a decirme.

-Te vas de tu casa, para venir al harem del tito Pedro. Que pillo.

Bueno, lo de harem lo tiene, sobre todo si tenemos en cuenta toda la arena que deja los días en los cuales me dejan solo, y se van a hacer “ejercicio” en la playa.

Otro inconveniente es que todas sus compañeras, son básicamente burdas borrachas que suele encontrar en los bares medio groguis encima de la barra, las encandila y se las trae. No sería la primera vez que me propone un trío, ni la segunda. Pero eso sí, siempre queda como un señor. Porque después de acabar tras la noche movidita, se acaba fumando un buen puro, del cual apesta toda la casa.

Casa que aunque vivamos los dos, el único que limpia soy yo. Porque hay veces que me encuentro dentro del lavavajillas, los consoladores de sus amigas. Regalo, que cuando te sueles levantar a las ocho como una persona normal, lo que no te esperas encontrar es, concretamente, un consolador, como mínimo.

Tenemos televisión por cable, pero sinceramente, parece la tele de un Sex shop, porque solo hace que consumir porno.

Las cervezas, las abre con el ombligo, y los cigarros los aplasta con el pie, en la bañera. Este, a groso modo, es mi compañero de piso. Creo que se me olvida algo, pero bueno como hablaré largo y tendido sobre él. Pues lo dicho, lo iréis conociendo.

El día en el que Charlie hizo la propuesta de cambio, Pedro fue de los primeros en quejarse que no tenía que cambiar nada, pero bueno, recapacitando o no. Le empezó a dar vueltas al asunto. Y a escondidas en casa. Me dijo.

-Oye Armando ¿tú crees que tendría que cambiar algo?

-¿Me lo dices mientras cagas?

-Claro, es el momento de echar al váter todas las ideas que me corroen, y esta es una de ellas.

-Hombre algo tienes que cambiar, claro está como todos. Si quieres, quédate, yo que sé, con lo de las mujeres guarras y borrachas que sueles traer noche tras noche, y sobre todo respeta también la decisión que tome Ricky, si es que algún día… Ya me entiendes.

-Ese maricón de mierda, ni que se me acerque. Ya bastante hago, en verlo, cuando quedamos todos.

-A ver, tú me has dicho lo del cambio, eso significa, que te lo estas planteando ¿no es así?

-No, es simplemente porque estoy en el trono, y eso me ayuda a pensar.

-Piensa, en tus hijos ¿Cuánto tiempo hace que no los ves?

-Hombre, tampoco hace mucho… Debe hacer como- Se oyó un buen pedo, de esos que hacen historia- dos o tres semanas.

-Si te refieres a cuando te trajiste a esa bailarina de cabaret de los años veinte, toda arrugada, el que estuvo con ellos en todo momento fui yo, no tú. Y de aquí a que las madres los vuelvan a dejar contigo lo llevas claro.

-Eh, un poco de respeto, que tampoco era tan vieja… Debía tener sesenta años, pero no hay nada comparado con el amor maduro.

-Pero si no la has vuelto a llamar.

-Ya porque, no veas me la estaba chupando y se me quedó la dentadura, como un piercing en la polla, es de lo más raro que me ha pasado con una mujer.

Si, sus amigas, al igual que él eran unas mujeres más bien tirando a guarras. Hubo una de ellas que utilizaba un producto, un tanto particular. Al cabo de dos meses de oler raro, me acerqué a ella. Y le pregunté con toda la educación del mundo.

-¿Con qué coño limpias nuestra casa?

-Pedro dice, que el mejor amoniaco es el propio pipi.

No sé cuantas veces, he oído “Pedro dice”, pero si me dieran cinco céntimos por cada vez que me lo dicen, sería multimillonario.

Creo que para que os hayáis hecho una idea de cómo es mi compañero de piso, es básicamente ligero a lo que estoy pasando yo. Imaginaos sumarlo por una millonésima parte y multiplicado por mil, entonces os aproximaríais a lo que estoy pasando, en estos momentos. Que porque no me voy, pues muy fácil porque, no quiero demostrar que soy un cobarde, delante de los demás. El día que me vaya de su casa, habré demostrado, que lo de mi ex mujer y yo es definitivo, por ahora solo es una bronca pasajera, que ya dura los dos años casi.

sábado, 26 de julio de 2008

Conóceme V

L

o cierto es que, durante los primeros meses de estar escribiendo, chorradas y otras cosas, vi una mejora, y fue más satisfactorio el ver que de verdad lo sentía. Pero en cambio Alfonso, empezó a desarrollar un pequeño ataque de ansiedad, decía que era gracias a mis escritos, modales, manera de cocinar, etc. Cosa que no entiendo, porque cocinar cocino bien; bueno vale a la hora de hacerme un sándwich o algo por el estilo, porque cuando tengo que tocar los fogones, ya no va tan bien como es debida la situación. Las cosas, salían bien, dentro de lo que cabe. Y Alfonso me ayudaba siempre que tenía un momento, animándome con la escritura y sobre todo, mirando con lupa todos mis movimientos.

-Muy bien Armando, estás desarrollando, incluso gusto en tus palabras, es muy digno y bonito. Y, bueno ya me entiendes lo de preocuparte por los demás ¿cómo lo llevas?

Pues la verdad es que aún me cuesta lo que no está escrito, bueno tampoco me extraña mucho porque tengo un historial de arrea. A todos los contactos femeninos a los que he llamado, aún recordaban todas las fechorías que hice antaño. Por ejemplo estaba Blanca, que hacía que no hablaba con ella por lo menos unos diez años que, nunca lograré olvidar.

-Diga

-Hola, Blanca soy Armando. Te llamaba para, bueno lo cierto es que te he llamado y punto- soy la re-ostia a la hora de romper el hielo- y bueno, también quería saber cómo estabas, porque no se ha sabido nada de ti en diez años.

-Será porque, me dijiste que te ibas a meter en un templo budista, que necesitabas tiempo para tu nirvana. Y si, estaba bien hasta que has llamado, porque para que te enteres. Pero, aún así, hay una cosa que no acabo de entender, porque también me han dicho que te han visto en el punto y aparte casi todas las noches. Si no tienes nada más que decir, voy a colgar.

-No, espera, es que simplemente me he acordado de tu cumpleaños, y he pensado en llamarte.

Hubo un silencio en la línea, y de pronto se oyó un sonido sordo, y hubo un cambio de voz.

-Perdone, ¿qué le ha dicho a mi hija?, que está llorando.

-Yo nada simplemente le he felicitado por su cumpleaños, nada más. ¿Es que he hecho algo malo?

-No, al contrario, es que hoy le han diagnosticado cáncer de pulmón, y no ha fumado nunca. Se ha emocionado, porque creo que es la primera persona que la felicita y no le da lástima lo que le ha pasado, bueno ya me entiendes lo del cáncer.

-Yo…Bueno entiéndame, lo he hecho con toda la buena intención del mundo, aunque, no me esperaba encontrar con esto. ¿Me puede facilitar la dirección?

Apunté la dirección en un papel, y enseguida me marché para ir a encontrarme con Blanca. Lo más reconfortante de todo es que podría hacer una visita a los antiguos compañeros del barrio. Para poder ver como habían cambiado las cosas.

El barrio donde vivía antes no era feo, sino que al contrario, era cuco, y bien avenido. Pero el paso de los años, y sobre todo de los inmigrantes dejó huella. Bajando ya por la plaza del obelisco, te encontrabas con que toda aquella fantasía que de pequeño de abarcaba, como la verdulería de al lado de la agencia de viajes, ahora era un supermercado moro o hindú. Que por ejemplo habían quitado el bar Fleming para poner un sitio de kebabs, habían tirado casas para hacer de esas construcciones nuevas que a veces costaba ver de lo modernas que eran, por eso y por los cristales que les ponían. Seguí el camino por la calle Archiduque Luis Salvador, para poder presenciar el cambio, y cuando estuve a la altura me metí de lleno en la calle Pablo Iglesias, donde también estaba mi antiguo instituto. Pero antes me tenía que parar para poder comprar una tarta en la pastelería de la esquina. Una vez la hube comprado, me fui directo a casa de Blanca, que, aunque no me esperaba, sabía que se sorprendería.

Toqué la puerta con cautela esperé que alguien me abriera, de detrás de la puerta, apareció una chica que aparentaba diez o veinte años más de los que tenía, con la cara demacrada, y los ojos sufriendo de humedades torrenciales, Blanca abrió la puerta.

-Tú ¿qué coño haces aquí, en mi casa?

-Pues eso he venido para felicitarte por tu cumpleaños, antes de que digas nada, o por un casual cierres la puerta y me crees una hemorragia nasal. Tengo que decirte que lo siento, simplemente, por haberme portado de una manera tan cerda, contigo. Es que veras, todo tiene su historia.

-No soy persona de historias, soy persona de hechos.

-Pues entonces mira te contaré unos cuantos hechos que me han hecho cambiar estos últimos meses.

-Ah ¿qué dices, que has cambiado? Esto cada vez se pone más interesante, prosigue, perdón por el tono de ironía en mi voz pero es que ha salido esta mañana y no sé como quitarlo.

-Pues bien… A ver, por donde empiezo. Vale digamos que empezaré por mi separación.

-Ostia que sorpresa.

-¿Por qué?

-Porque encontraste una incrédula que se casará contigo.

-Te puedo asegurar que el incrédulo fui yo por perderla, la perdí porque no le daba cariño suficiente, o algo por el estilo, no me acuerdo. ¿Te acuerdas de mis compañeros?

-Si claro, el tartamudo, el Rey, el vasto, el marica, el afeminado artista, y el cerdo, pero bueno el último eres tú, así que sí aún me acuerdo muy a mi pesar.

Le estuve contando la historia de todo lo que pasó durante esa noche del nacimiento de Rosa María Colom, y la cosa no ayudó demasiado a que Blanca, me dejara entrar en casa, de hecho la tarta que todavía llevaba en la mano, ya empezaba a derretirse, y notaba húmedos los pantalones, pero yo tenía una misión y era la de abrir mi corazón, y preocuparme por los demás.

Al cabo de una hora más tarde, ella decidió, ir a tomar algo.

-Venga vamos, que entre el eco del rellano, y los vecinos, que seguro dirán algo, me tienes contenta.

-Espera que aunque no lo creas, esto que llevo en la bolsa, es un regalo para ti, un poco pocho por no dártelo antes, pero lo que cuenta es la intención.

Al entregarle la tarta, ella cerró la puerta y después de unos tres minutos de espera, salió del umbral de su casa, un poco arreglada.

-Ah por cierto, gracias por ese batido de tarta reina que me has traído, pero lo cierto es que no hacía falta que la trajeras. Dicho esto donde vamos.

-Vamos al Calatayud, que tengo ganas de un granizado

-Un granizado en Enero, descabellado, pero bueno, yo te acompañaré

-Una cosa, tu madre me ha dicho de lo que te han diagnosticado, esta mañana. Y no quiero que pienses que estoy aquí por eso, simplemente, es porque eres un asunto pendiente. A ver si me explico, que me tengo que preocupar por la gente.

-Vale, entonces supongo que yo también tengo que ser sincera, mi cumpleaños, fue hace un mes. Alfonso me llamó el mismo día del nacimiento de su hija, y me comentó lo que propuso Charlie.

-Entonces ¿lo del cáncer también es mentira?

-No, eso por desgracia no. Y te tengo que dar las gracias, porque, bueno hacía diez años que no hablábamos, y pensé que no me llamarías.

Llegamos a nuestro destino, la cafetería Calatayud y nos sentamos uno frente al otro. Lo cierto es que no me acababa de creer que estuviera enfrente de Blanca Verdaguer, después de diez años, con lo mal que habíamos terminado y todo el rollo que le sigue. Era una chica rubia, que debía medir un metro cincuenta y ocho más o menos, unos ojos de color azul claro, y una manera de moverse que aún podía volver loco a cualquiera que la viera pasar. Una vez sentados, ella se agachó un momento para coger algo del bolso, y sacó de él un paquete de tabaco.

-¿Fumas?

-No, pero tu madre…Bueno ella me dijo que tú no habías tomado un cigarro en la vida. Esto no es muy normal.

-Si te fijaras, verías que el paquete de tabaco está sin abrir. Lo de mi madre, tiene razón, nunca me he fumado un cigarro en mi vida, pero ahora que tengo cáncer de pulmón, pues tampoco me importa mucho.

-Aunque irónico, es un tanto ácido, mira Blanca, simplemente te quería felicitar, pero si dices que fue hace un mes, entonces nada.

-Ahora tengo que contarte yo lo que me pasó a mí, una vez te marchaste.

Ah, sí, esa cualidad de la que mucha gente carece, la de escuchar a los ciudadanos con problemas. NO era tan fácil como parecía, porque también tenías que meter alguna cuña, un asentimiento, un algo.

-Pues mira lo que te iba diciendo. Desde que te fuiste, no levanté cabeza, y no es que me gustases mucho, pero al ser el primer novio, el hombre, o niñato, porque los dos lo éramos, fui de bar en bar, de calle en calle, y sobre todo, intenté buscar en internet todo sobre el budismo. Para que veas que me intereso por ti. En mi habitación aún guardo fotos de los dos, cuando aún éramos felices dentro de esa falacia que me hiciste creer. Porque años más tarde- hizo una pausa para encender el cigarro que tenía entre los dedos, y pegó su primera calada, en su vida.- Pero lo cierto es que cuando me enteré de que tuviste un hijo, ya todo se me derrumbó; hice cuentas del tiempo que hacía que estabas con tu mujer, y me salieron las cuentas de tu retiro, para que te marcharas con ella. Si, y tan bien es cierto que- empezó a toser tras haber aguantado tanto con el humo dentro de la boca- que, sinceramente, me alegro de no haber probado esto del fumar, hasta ahora que ya no hay marcha atrás.

-Blanca por favor no te rindas, si quieres, te puedes apoyar en mi, seamos amigos, como ves estoy intentando cambiar mi manera de ser.

Y así empecé a dialogar con las personas que en realidad lo necesitaban, personas que en ese momento se sentían a morir y lo único que necesitaban era a alguien que los apoyara. Lo que a partir de ahora miraría de no meter más la pata. Como hice anteriormente con Blanca Verdaguer.

jueves, 24 de julio de 2008

Conóceme IV

A

lfonso, al saber que me había comprometido a escribir nuestra historia, me llamó, para que no cometiera atrocidades, a la hora de escribir, describir, bueno, hablando clara y llanamente, a la hora de empezar nada. Pero claro yo ya tenía algún que otro boceto, escrito a mano o no, pero supongo que quedarían en borradores, gracias a mi censurador, el señor Colom, al cual tenía mucho aprecio, antes de que me empezara a criticar. Me llamaba cada hora para que no pusiera según que comentarios y me tachaba de ser una persona bastante, perdón es que estoy buscando la palabra en el diccionario… Soez, sí, creo que esta es la que más se aproxima, en la escala de mi vulgaridad.

Ha ver que no tengo, sentimientos. Que iba a clase, solo para juntarme con mis amigos y calentar las sillas. Sinceramente yo no soy persona, ni de letras ni de números; de hecho el único número que controlo de veras, es el de mi madre, cuando me tiene que limpiar la casa, y también remotamente el de los chinos de la esquina, porque es que hay días que no me apetece ni bajar a por ellos. Y aunque me ría de los demás es, sinceramente, para poder ver que soy un alma en pena movida por la desesperación de haber perdido todo lo que me importaba. Tanto mi hijo, como mi mujer, bueno miento, eso último no, porque el último año, fue apocalíptico, por así decirlo. Y luego resultó que se marchó un buen día con un compañero de trabajo, del cual me llevaba de puta madre. Las ironías de la vida. Y acabe viviendo en un cuchitril en un piso de solteros junto a Pedro.

-Mira Armando, no has de ser tan cínico, ya está, que me hubiera costado más, en caso de que lo de la historia la hubiera contado el triángulo, pero bueno, no digo que seas más listo, bueno perdón, pero te recomiendo que primero empieces con hacer, no sé algún poema que otro, te daré todos los teléfonos que, bueno ya me entiendes, si has de ser yo, a partir de ahora, tendrás que empezar a preocuparte por los demás. Ah, y otra cosa, también te daré una lista de cumpleaños, santos, aniversarios, incluso el día de San Valentín. Y por último y no menos importante, te daré una lista de las floristerías que hay por toda Palma, donde conocen mi nombre y sobretodo que te harán descuento.

-Y yo que creía que ser tu estaba chupado, oye una pregunta, ¿seguro que después de estudiar todo esto, me preocuparé más por la gente?

-Oh, eso ya lo veremos, pero al menos, conseguiremos, otra cosa que consigas a tu ex mujer, gracias a la pluma y el papel, y no con los hechos de hace un par de meses.

Es cierto, se me olvido contar que una de las noches en las cuales salimos todos, pillé tal borrachera, que me acerqué al piso donde vivía con mi mujer, y empecé a gritarle que estaba borracho de amor, que si ella era capaz de irse a buscar otro hombre, pues bien que se fuera con él que no me importaba, pero que volviera conmigo. Entonces oí la voz de mi mujer decirme por el interlocutor.

-¿Armando? Por tu tono de voz se que estás borracho y no de amor, y otra cosa, no te has parado a pensar que si me fui con otro fue porque no eras cariñoso conmigo, de hecho la palabra más cariñosa que me decías es “me puedes poner este botón” o “me puedes hacer la maleta” y el único momento que pensabas en los dos era el momento de “nena ¿follamos juntos?” que otras veces me encontrabas una sustituta, la almohada.

Si, esa noche fue difícil de olvidar, cuando tus amigos te recuerdan que una almohada es mejor que cualquier rubia, y el cariño que demuestro, es superficial a cualquier otro sentimiento motor, soy políticamente incorrecto.

Todo lo que tenía que hacer, era simplemente mirar, por el rabillo de la ventana, y mientras veía que todo el mundo se divertía, yo en cambio creaba arte, poesía, etc. Si se me permite, que seguramente, se me permitiré, tengo que ser sincero, la única obra de la cual me sentí orgulloso se la acabó tragando el lavabo, ya que lo demás, era una bazofia que no era buena ni para limpiarse uno el culo.

Después de mi autocrítica, tengo que añadir que, estuve dándole vueltas al asunto de volver con mi mujer, porque es que desde hacia como varios meses, que no me sentía tan solo, en un piso donde el único ruido que escuchas es el que hace la compañera de cama de tu colega, y oyes después de muchos lloros y suplicas, como la chica le pide la mitad de lo que le estaba pidiendo. Hubo muchos bocetos, dentro del lapicero. Uno de ellos, decía así:

Cuando, las artes, los amigos,

El todo, te dejan de lado.

Pregunto ¿dónde están mis manos,

Para cautivar a mi amor propio?.

Cosa a la que Alfonso, se sonrojó y todo, me comparo con un tal Bukowski y Pedro, pero yo estaba más orgulloso de la que hice antes, que era, simplemente, y eso que estoy siendo benévolo, pésima, pésima, pésima.

El gato raudo (que no sé ni lo que significa)

Espero sentado en el tejado.

A veces es cojonudo que quien quiere escribir, saque cosas tan tontas como un gato, o la necesidad de hacerse, bueno ya me entendéis.

Pero claro, tenía al padrazo del año, la espera de mi mujer, Charlie, y en general todos mis amigos, un cambio, el hombre que nunca cambiaba un partido de futbol, por salir a pasear y disfrutar sin más de una tarde de invierno o, lo que es mejor, disfrutar de la compañía de los seres más queridos. Tenía que demostrarles a todos ellos que, no era solo una neurona graciosa, simplemente que me sacaron como soy, con un carácter que solo me importa lo que me rodea a mí.

Así que cogí al toro por los cuernos, y una vez lo tuve, marqué el teléfono de mis padres. El teléfono sonó en total unas cuatro o cinco veces, hasta que la voz de mi padre, se pudo oír desde el otro lado de la línea.

-Buenas Armando ¿qué tal todo? ¿Cómo esta Jaime? ¿E Irene? ¿Supongo que ya habréis arreglado algo? Bueno, creo que no contarás nada, y que le tendrás que pedir ayuda como siempre a tu madre.

Típica reacción de mi padre, te suelta un huevo de preguntas, y antes de que las contestes, te pasa con mi madre, que se entera mucho menos que él, y esta sin más actúa, sobre todo cuando ve que estoy alicaído, me coge de las orejas, y me arrastra sin más por ese camino que todos conocemos como vergüenza, porque su manía es hacerlo en público.

-No, si era para pre… Preguntar cómo estabais.

-Tú, vale ya de bromas, pásame a mi hijo de inmediato si no quieres ganar dos ostias bien dadas, para que no te reconozca tu madre.

-Papá, que soy yo tu hijo, Armando, como el tío y como el abuelo, en paz descanse.

-Hijo ¿en qué secta te has metido?

-En ninguna, simplemente, me preocupo por vosotros ¿es tan raro eso?

-En mi hijo si, entiéndeme, que desde que te fuiste de casa, las cosas han cambiado mucho.

-Ya sé que mamá sigue viendo día sí, día también a Jaime, cosa que yo no lo veo por la custodia, y mamá lo sigue viendo ¿por qué ella sigue viéndolo y yo no puedo?

-Creo que no es conmigo con quien tendrías que hablar el tema, si no con la propia Irene, pero simplemente te daré unas cuantas pistas, tipo “tu madre y yo ya te lo dijimos” “dale más cariño”, “a la hora de pedir, pide las cosas con un me puedes pasar eso cariño”, etc. Etc.

-Bueno vale ya sé que un perro da mucho más cariño que yo, pero tú no sabes lo mal que lo estoy pasando en casa de Pedro. Sus amigas parece que hacen un concierto de ópera, a ver quien chilla más.

-Solo te digo que si te encuentras en esta situación, no es precisamente porque no te avisáramos. No te niego que Irene, te sigue queriendo, de hecho, sin que se den cuenta. Mientras hablan las dos de ti, ella empieza a llorar y tu madre la acompaña en un pequeño charco de lágrimas mientras el niño, pega berridos en el cochecito.

Esas palabras fueron las que abrieron mis sentimientos, el oír que mi ex mujer se preocupaba por mí, era ya mucho más grande que el escribir nuestra pequeña historia. Y entonces fui yo que empecé a sollozar de la emoción, y colgando el teléfono que me había dado tanta alegría.

Busqué por los bolsillos, la pequeña lista de cumpleaños, aniversarios, y otras fechas, y luego un calendario que guardaba en la cartera, el calendario no daré una descripción muy detallada, pero solo diré que era del bar. Estuve mirando cual era la fecha más cercana que coincidiese con Irene.

Esa lista era increíble, tenía todas las fechas marcadas, incluso, me lo había personalizado porque aún estaban las fechas de mis ex y alguna que otra que no me acuerdo muy bien, pero sé que están allí. Al lado de cada fecha, se encontraban los teléfonos de cada una de ellas y ellos. Y empecé a pensar, a calcular. Si el cumpleaños de Irene es en marzo, para ser más exactos el 1 de Marzo, entonces tengo cuatro meses para acabar un poema, o algo que signifique algo para los dos.

Vale, entonces me puse a pensar y como no se me da muy bien, empecé a recordar los momentos que me llevaron a estar junto a ella, recordando el pequeño recodo, que aún sentía. Y dijo así:

No es pena, no es amor,

Qué raro se hace oírlo

De mis labios,

Que tardío lo envío.

Irene, por muchos mares que

Pongamos entre los dos,

En medio siempre estará el fruto de

Nuestro amor.

Bueno de acuerdo, era simplemente un ensayo, algo es algo, pero lo puliré mediante llegue la fecha. Bueno eso supone, leer muchas cursilerías, cortar muchas cebollas, y ante todo, y más complicado el mirar fervientemente el canal cocina, cosa en la que no me quería poner, pero tendré que arriesgarme. Pero cuando Pedro se entere, me echará de casa, pues es un seguidor de las películas del género X.

lunes, 21 de julio de 2008

Conóceme III

D


ejando atrás, todo tipo de infancia, como he dicho antes, todo fue una tarde que llegó hasta el día en que nació la hija de Alfonso, Rosa María Colom Schubert. A la temprana edad de 26 añitos, el más carismático de los seis ya tenía una hija con la que jugar, bueno de acuerdo, algo celosos sí que estábamos porque con lo sensible que era, creíamos que, bueno ya me entendéis, un poquito de la otra acera, pero resultó que no. Su mujer, Anna Schubert no se que más, era una alemana afincada por una casa señorial de Palma, sinónimo de dinero; y su familia era coleccionista de arte. Creo que después de lo que acabo de decir los lectores sabrán sumar dos y dos.

Todos con admiración esperábamos el nacimiento de Rosa María, ya que al ser la primera niña en todo el grupo, pues, quieras o no da ganas, todos los que habían salido, por el momento ya se podía formar un equipo de baloncesto. Vamos a ponerlos en fila, esta Pedro que, aunque no lo parezca, está hecho un padrazo que tiene tres hijos, Pedro, el mayor, Alfredo el segundo, y por último Daniel, que es el menor. Yo por otra parte tengo un hijo que, como tradición en mi familia, gracias a los chistes de mis padres le llamé Jaimito, que supongo que cuando mida dos metros y me pase de dos cabezas ya no le llamaran Jaimito. Charlie, también, después de un idilio de los suyos, y después de mucho papeleo con los abogados, tiene tutelado a Manuel Patricio Suarez-Suarez, como entenderéis, fue una sudamericana con la que lo tuvo, y la relación que tienen, la mujer y el niño, con el padre no es que sea básicamente buena.

Quedamos en el Punto y Aparte, para poder jugar unos billares, después de las copas, y como todos vivíamos, más o menos por la zona, pues, era nuestro punto de encuentro. De hecho siempre hemos sido buenos clientes. Charlie se acostaba con una de las camareras, y como el sitio, le gustaba al Rey pues, hemos seguido yendo con frecuencia, y casi con devoción.

-Alcemos las copas, y digamos que, aunque no lo parezca, el arte es bueno, nunca me imaginaria que el arte podría dar a luz a una niña.- Charlie era siempre el que abría siempre los brindis, fuera donde fuera.

Explicaré esto del arte, porque es un poco difícil de entender. Alfonso Colom, no solo saca dinero de la librería, porque no llegaría ni a día dos, no por lo que gasta si no por lo que deja de cobrar. Pero gracias a muchas exposiciones que hizo, presentó o como se diga en la jerga, en su época, lo realzaron muchas revistas de moda, y le concedieron, ser uno de los interioristas más famosos, dentro de las familias adineradas, por cumplir con una imaginación lucrativa e hilvanada por muchos años de quebraderos de cabeza, en el garaje de casa de sus padres. Cobra, a tropel, y es de los que tiene un sueldo más abultado que cualquier político corrupto que se precie.

Mientras estábamos en la mesa, nos sentíamos felices, completos, radiantes incluso. Pero fue entonces cuando Charlie, soltó las palabras mágicas, que sonaron de esta manera.

-Chicos, ya empezamos a tener una edad, en la cual muchos tendremos, sobretodo, a partir de ahora a asumir unas responsabilidades en la vida.

Todos nos quedamos atónitos, y nos miramos unos a otros, sin decir más que lo que daban a entender nuestras propias caras, al ver nuestra reacción Charlie siguió, con su discurso.

-Podríamos, digo podríamos, porque siempre os quejáis de que no juego con vosotros. A hacer un cambio de vida.- Nos miramos mutuamente los demás del grupo, sin entender una palabra.- Si hombre ya me entendéis a enfrentar nuestros propios miedos, y eso lo haremos en unos seis meses. ¿Qué os parece la idea?

Seguimos con la misma cara, pero a Charlie se le veía seguro de sí mismo, y siguió explicando, de esta manera.

-Pues lo cierto es que no lo entiendo muy bien.- Contesté yo muy conmocionado.

-De eso se trata, por ejemplo, yo tendría que cambiar, pues, por ejemplo quedándome con una chica, que eso, creáis o no, para mí es muy difícil. El resto de la mesa, tendréis que pensar en lo que más os pese en vuestras vidas.

-Pero es que la mayoría, no sabemos a que no tenemos que enfrentar.-A Pedro no lo había visto tan conmocionado nunca.- Además que es una mierda de juego, ya sabemos, quien es el que acaba mal parado en los juegos, ya sea beso, atrevimiento o verdad, o en los de mesa, máquinas tragaperras, etc.

-Yo he abierto la veda, quien quiera participar, y no quiera compartir lo que quiere cambiar que no lo diga, pero sabe que tarde o temprano, notaremos diferencia.

-Esto, no es por quitarle importancia, pero a mí, no me pasa absolutamente nada-confesó, Ricky, pero en ese momento todo el mundo, incluyéndome, empezamos a toser. Comprendió en todo momento a que nos referíamos, y se puso rojo como un tomate.

-Yo sigo diciendo lo mismo no tengo nada que cambiar- insistió Pedro.

-Esos son lo que más cambios necesitan, y tú más que nadie lo tendrías que saber.-inquirió el Rey, y dejando en un estado de cólera contenida a Pedro, sin abrir la boca en mucho rato.

-Aunque me pese, es cierto que hay cosas de mi manera de ser que cambiaría, en vez de reírme de la gente, darles mi apoyo, e incluso, llegar más allá y explicar nuestra historia, siempre que a todo el mundo le parezca bien.

-Yo, sinceramente no se que cambiar, bueno si, tendría que ser más duro conmigo mismo y menos hipocondriaco, que a partir de ahora seré padre, y tengo que afrontar los problemas con valentía y no llorando, es más Armando Sánchez Palomas- que en realidad me llamo así, las bromas de presentación- necesitará mi ayuda, y yo Alfonso Colom, te prometo que te ayudaré en lo que pueda.

Charlie asintió con la cabeza, al menos ya tenía tres propuestas de cambio encima de la mesa y faltaban otras tres. Pero claro que tardarían mucho más en hablar, Andrés por tímido, Ricardo porque le daba miedo el qué dirán, y Pedro que se negaba en rotundo, pero bueno. Todos al fin y al cabo haríamos este cambio, necesario para unos y obligatorio par

miércoles, 16 de julio de 2008

Conóceme II

B

ueno, lo dicho, supongo que os tendré que explicar desde un principio, toda nuestra historia. Pues bien, mira tú por dónde. A ver empezaré por el por el principio más lejano a la actualidad, para que sirva de referente, y así os hagáis una idea de nuestra evolución, o decadencia, nunca sabremos el qué de la cuestión en sí, pero que se nos acentúa, repito se acentúa bastante, por si alguno se ha perdido antes, somos seis. Un tímido llamado Calimero (para los amigos y Andrés Andrea Martín como pone el DNI). Un hombre o ser, como lo queráis llamar conocido por Charlie, que es el extrovertido. Por otra parte está Pedro Pedregosa Soto que es el hombre más vasto y machista que yo conozca, también conocido por triángulo. Luego está Ricardo León Ruiz que es, como diría Pedro, el chico que vive más en rosa de todo el grupo, es un truhán, pero no del lado de la acera que toca, aunque lo tiene en secreto, todos lo sabemos y muchos lo aceptamos, todos menos triángulo, que no entra en su plato del día. En quinto lugar está Alfonso Colom Rovira, que es el pintor, escritor, librero, y otras muchas cosas, entre ellas el sensible, el hipocondríaco, el víctima, el que más de una vez nos ha salvado el culo a más de uno, yo inclusive. Y por último yo, que soy Armando Bronca Segura, si mi nombre parece de chiste, pero es que mis padres se querían y para acabar la gracia me pusieron el nombre de Armando por mi abuelo, creo.

Y como buen principio os contaré como nos conocimos todos, que no fue en el colegio, que fue en el parque del barrio. Que no fue haciendo castillo, fue por salvar a Ricardo, porque le estaban meando encima. Pero bueno esto os lo iré explicando poco a poco y con todo lujo de detalles.

Empecemos pues.

Fue una tarde de verano, que estaba, por el momento solo, pero todo el momento estaba observando a mí alrededor. Antes es cierto, que solo miraba por miedo a meter la pata, es que siempre he tenido la fama de reírme de los de los demás y ser a su vez un poquito escandaloso. Pero es que mientras inspeccionaba la zona, pude observar que había un chico que era atacado por dos chicos más y a la vez le estaban meándole y gritando “marica, mira que jugar con barbies, en vez de jugar con los gijoe (muñecos de acción de la época) ¿no te da vergüenza?”. La primera reacción que tuve fue “coño le tendría que ayudar”, pero como eran uno o dos años mayores, dije “que lo ayude su madre”. Entonces apareció en escena Charlie, que no hizo nada más que acto de presencia, y no hizo falta nada más, porque acto seguido se fueron corriendo con el rabo entre las piernas, literalmente hablando.

Yo en su defecto estaba todavía mirando la escena, y podía ver como se le acercaba otro niño a las faldas del “Rey”, luego me enteré que era su primo, y luego se dio a conocer como Calimero, Andrés para los demás. Después de la llegada del primo, empezaron a llegar hinchas, con la típica frase “eres muy valiente, eres mi héroe, etc., etc.”Entre ellos había caras que luego me sonarían pero, que hasta el momento eran extrañas para mí, pero que en un futuro, llegarían a ser los padrinos de mis hijos e hijas, luego entenderéis esto último. Entre ellos estaban Ricardo, que a su vez había sido el salvado, aparecía por primera vez Alfonso, llorando por la alegría, y yo que aunque reacio a acercarme, al final me acerqué, para enterarme de la movida, aunque la hubiera visto toda desde el principio, También se podía apreciar la cándida alma de la prima de Ricardo, Eva León, conocida por donde fuera, por todos los chicos de la zona, y alrededores. Pedro no apareció hasta más tarde.

Creo que así fue como empezó, pero muchos os preguntaréis “aquí falta gente”, pues sí. Pero fue mucho más chocante, porque, después acompañamos a Ricardo todos a su casa, por si volvíamos a encontrarnos con los que le estaban meando en el parque y lo único que encontramos, fueron los harapos de un chico, al cual le habían metido una paliza, ese chico era Pedro. Le habían pegado por no acatar las órdenes de rociarlo bien rociado al nenaza del barrio. Luego con el tiempo nos enteramos que jugaba mucho a beso atrevimiento y verdad, pero siempre perdía. Charlie lo levantó, nos presentó al resto del grupo y así empezó el camino hacia un futuro mejor, apoyándonos unos a otros, sin más.

Tuvo que pasar una semana para que Charlie, uno por uno nos viniera a buscar, cosa que no entendía, pero prefería estar en la calle, antes que con mi abuela y sus hilos y agujas. Bajé para reunirme con Calimero, Charlie, Ricardo y por último Pedro, que todavía tenía el ojo morado por la paliza. Aún teníamos que ir a buscar a Alfonso, que era el que vivía un poquillo mas apartado de los demás, pero aún así dio gusto verlo, recién levantado de la siesta que solía hacer en la terracita del estudio.

Creo que de ese primer dialogo me acuerdo perfectamente aún. Y lo haré constar a posteriori.

-¿Dónde os apetece ir a tomar algo?- preguntó Charlie para romper un poco el hielo, al asunto.

-Hombre, podemos ir a ver a Eva- sugirió Pedro, que en ese momento, era el amor platónico de todo chico del barrio.- Va que me han dicho que hoy no lleva bragas y se le puede ver toda la raja- Si, es por si no hubierais notado ya el brote de brusco y vasto Pedro.

-Perdona que te interrumpa, pero es que aquí hay un familiar de Eva, y tenemos que hablar con más respeto. Díselo Ricardo.

-Es… Bueno prima… lejana, tampoco me toca mucho en la rama familiar de los León. No te negaré que alguna vez le he visto la raja, pero también tengo que decir que, no es por dar la contraria, pero nunca lleva bragas, es una enfermedad que tiene.- Esas fueron las primeras palabras que oí de los labios de Ricardo León.- Le cuenta a su madre, que se le escuece mucho y por eso que no puede llevar bragas, pero siempre lleva faldas.

Todos a nuestra vez reímos, porque todos, alguna vez habíamos escuchado historias de Eva la del quiosco. La reacción en el grupo fue, de en primer lugar memorizar la escena de verle el conejito a Eva, y la segunda parte es que al llegar a casa ducharnos, para más tarde manchar las mamparas, todos, menos el inocente de Ricardo, que aún a sus 26 años, piensa que su prima tiene la manía del escozor de coño, hablando mal.

-Bueno una propuesta para otro día- respondió Charlie.- Ahora en serio donde podemos ir que no esté lejos y podamos tomar algo fresco, un helado, un granizado, etc., vosotros elegís.

-Po…pode…podemos…ir al…Calatayud, la…heladería que está al lado de casa de la tía ¿no?- Este no creo que haga falta decir quién era, puesto que ya se entiende, Calimero.

-Pues la verdad, no había caído y eso está muy pero que muy cerca de aquí, por lo menos a dos o tres manzanas de aquí.

-Yo iría encantado pero, es que el helado, me irrita la garganta y me quedo afónico. Y ya no digo nada del granizado que me crea migraña, pero de todas maneras, os acompañaré, porque paso de estar todo el día creando, que tengo las manos como si hubiera llevado a cuestas a un elefante.- Este último era Alfonso que era el más mayor del grupo, pero también era un hipocondriaco de mucho cuidado.

-Pues yo, como no quiero llegar a casa de mi abuela, hasta tarde, me es igual ver las bragas de tu santa prima- dije señalando a Ricardo- o ir a tomarme un helado, además si os soy sincero creo que no me iría del todo mal tener unos conocidos de mi edad para pasar las vacaciones con ellos, aunque seáis raros, creo que podemos hacer algo. –Y creo que después de dieciséis años, aún no me he equivocado.

Fue una tarde amena. Una tarde que dio pie a una noche, que a su vez se nos hizo de madrugada. Cada uno tenía algo que callar, que esconder; cada uno tenía algo, pero con el tiempo, se acabaría sabiendo. Y justo a los dieciséis años después. Empezamos esta especie de juego, de cambio. Y ya va siendo hora que cambiemos lo que hemos venido siendo hasta ahora, y corregir nuestros fallos, entre otros, el de coger el toro por los cuernos, darle con la cabeza entre ceja y ceja, para que así espabile, y se marche con lágrimas en los ojos, él, no nosotros.

Conóceme I


N


o sé exactamente como empezar. Es que digamos que me han propuesto una cosa, de la cual os voy a tener que hablar, porque, no es que sea una terapia, pero supongo que, ciertamente, muchas personas lo tendrían que hacer, diciendo tal vez que tengo unos amigos con un gran sentido del humor, algunos un poco cortos y otros muy listos. Quiero hacer constar en apta que no es un juego, simplemente una manera de afrontar un bache en mi manera de ser. Vale, una vez llegado a este punto os hare las presentaciones necesarias.

Primero pondremos al palurdo de Andrés, el típico hijo de mama, que aún le pelan las patatas. A ver no es por meterme con él, pero en cierta manera, es así; para que me entendáis, ya no sabemos dónde meterlo. Cuando salimos de marcha por el paseo marítimo, es el único que no se junta con el grupo, ni nuestro ni de las mujeres. Con cariño, le llamamos Calimero, porque rara vez saldrá del huevo, simplemente para comprar el pan y el periódico, otra habilidad que a veces le cuesta porque como está la dependienta, que lo atiende tan bien que lo hace enrojecer cada dos por tres. En vez de afrontar sus miedos, al contrario, se va a otro quiosco donde no haya dependienta, y en su defecto este el típico dependiente andrajoso que no se ha movido del estanco de sus padres para seguir la tradición. En fin, este chico es un caso. Además otro defecto que tiene es que cuando ve a alguna mujer que le gusta, lo único que hace es sudar como un pollo, y tartamudear, sin más.

En segundo lugar está Charlie, este es todo lo contrario a Andrés, de hecho. A este, cuando lo bautizaron, aún no nos explicamos cómo lo hicieron porque To dios lo conoce. Es el típico que cuando vamos a un bar, siempre le tienen sitio VIP y cosas así. A ver de este no tengo nada que decir; bueno si que le tengo envidia, se lleva a todas las mujeres que quiere. En una noche incluso se tiró a dos gemelas, pero la cosa no salió bien cuando la madre se enteró de que le puso los cuernos. Son pequeñas historias que hacen a este gran hombre. Solo tiene un pequeño problema y es que es muy suyo, nunca mira el lado que puede hacer doler más a las personas, según él, las personas, son muy por debajo de sus expectativas, pequeñas hormigas pioneras y él, en su defecto, perdón aquí, me he equivocado yo, en su resplandeciente magnificencia, estaría sentado en un trono con un látigo de siete colas, porque no había de más colas en la tienda cuando fuimos a comprárselo.

En tercer lugar, y ya estamos en el ecuador del grupo, está Pedro que es el tío que apuesta menos por la libertad de la homosexualidad en el mundo, no cree que se pueda tener sexo con el mismo sexo, a eso le llama tener mucho amor propio. Entre hombres, porque lo que se dice verlo entre mujeres, claramente lo pone como las cabras, hablando mal. Digamos que este es el típico chico con las ideas más claras a su manera de ver de cómo serían las cosas si el gobernara en el país. Horca para los homosexuales y una bañera de barro para las lesbianas. Digamos que entra en su plano de utopía personal. Es el que mejor se lleva con Charlie, aunque siempre acaba de lado en las citas del “Rey”, pero siempre está allí para apoyar sus historias, y sus andanzas con mozas de poca ropa y ver que su amigo en sí, es el macho que él nunca llegará a ser. Con cariño le llamamos Triangulo, porque siempre nos acompaña a todas nuestras primeras citas, y quien no agradece el oír mientras te estás magreando por primera vez, “que buena moza, métele el manubrio entero, cuando aparezca la oportunidad”. En definitiva, como en todos los grupos, Pedro es el bocazas, el burro, y el de menos entender las maneras de pensar de otras personas.

En cuarto lugar está Ricardo, que aunque crea que no lo sabemos, todos sabemos que, algún día saldrá del armario o del capullo, para salir mariposa. De pequeño, siempre jugaba a las barbies, y aunque el dijera que su prima, que de esta ya tendremos tiempo para hablar, aunque salir ya ha salido, se los había olvidado era mentira, muy gorda por cierto, porque todos sabíamos que a su prima, como bien le coronó la fama le gustaba poner a los soldaditos de plomo. Pero bueno Ricky como lo conocemos cariñosamente hablando. Es el típico chico que aunque diga que le gustan las mujeres pero aún no ha encontrado la suya, eso es mentira, porque las mujeres más guapas de todos los bares, del barrio, de Palma en sí alguna vez se han desilusionado al ponerlo cachondo, y notar que cuando miraba el culo del cachas de donde fuera, lo suyo funcionaba; por eso la relación con Pedro no es muy buena. Más bien tirando a gruesa.

En quinto lugar esta Alfonso, que de este no puedo decir mucho, bueno si, simplemente puedo decir que es la persona más sensible que he conocido y conoceré jamás. Siempre está en su “estudio”, que en realidad es la casa de sus padres, para ser más concreto en el garaje. Y digo que es sensible no porque llore al cortar una cebolla, sino porque digamos que ve una película de amoríos imposibles y ya empieza a llorar como una María Magdalena, también le suele pasar cuando ve una apuesta de sol, una golondrina pasar por delante de sus ojos, y sobre todo, cuando cree que está mortalmente enfermo. A ver si, es la típica persona que llevaríais para que lo encerraran pero no, nosotros simplemente lo tenemos, más que nada para, cuando éramos pequeños, para escribir cartas de amor. Y ahora que casi todos estamos casados y con hijos, pues para que nos haga cuadros para los suegros, y nos escriba cartas, en fechas importantes como, ya pueden ser San Valentín, aniversarios, santos. Vamos fechas señaladas. De las cuales, todos solemos olvidarnos, todos menos él, por eso es el único que tiene todos los teléfonos de los cinco. Es nuestro nexo de unión. También escribe, aparte de pintar y llorar, escribe en una pequeña revista que hace unos diez años se público, la revista es muy independista, cosa que no le ayuda a pagar digamos un carajo, pero bueno para eso tenemos la librería que el llevó a que se hiciera famosa en Palma, si, es famosa, por ser la librería que solo tiene cinco clientes, bueno y una mujer que va a limpiar, pero esa es su madre así que los otros cinco, ya los conocéis.

Por último, para que veáis que se dejar lo bueno para el final, digamos que yo, Armando. Siempre dejo en último lugar los sentimientos, es una cosa que no va conmigo, y lo que es lo mismo, no creo en magia, en hadas, en bosques encantados, y otra cosa bastante importante, es que al único al que tengo fe es a mí mismo. Es igual si en el cine, una peli me hace llorar, me giro veo al de al lado y entonces mis lágrimas se secan ayudándome a reírme de los demás, de todos, menos de mis amigos, que aunque no lo parezca, también tengo mis principios. Soy el bufón del grupo, me ayuda a llamar la atención, y también me río mucho de los demás.

Ahora que ya me conoces, más o menos supongo que entenderás a que venía lo del juego que he dicho en un principio.

Todo empezó por culpa de… Llamémosle priva, llamémosle ganas de perder el tiempo, pero lo que sí es verdad, es que todos lo vimos un poco como una manera de salir de esa maraña que nos convierte a ser como somos en realidad. El caso es que “el Rey” Charlie se alzó, alzando la copa en sí. Y diciendo unas palabras que marcaron en el resto de la mesa. Y fueron estas:

-Podríamos, digo podríamos, porque siempre os quejáis de que no juego con vosotros. A hacer un cambio de vida.- Nos miramos mutuamente los demás del grupo, sin entender una palabra.- Si hombre ya me entendéis a enfrentar nuestros propios miedos, y eso lo haremos en unos seis meses. ¿Qué os parece la idea?

-Pues lo cierto es que no lo entiendo muy bien.- Contesté yo muy conmocionado.

-De eso se trata, por ejemplo, yo tendría que cambiar, pues, por ejemplo quedándome con una chica, que eso, creáis o no, para mí es muy difícil. El resto de la mesa, tendréis que pensar en lo que más os pese en vuestras vidas.

Y así dio comienzo nuestra tortura, siempre claro está hablando entre comillas. Os invito, para que veáis la charada de mi vida. Bienvenidos seáis.

lunes, 14 de julio de 2008

Susurros

En la dulce oscuridad

Junto a ti.

Veo pasar, el tiempo espeso

Un sinfín de veces,

Esperando el momento

Para quizás

Susurrarte algo al oído,

Lenta, pero progresivamente

Iré contando uno por uno

Mis sentimientos hacía ti.

Cosa que ya en mis sueños

Conseguí,

Pero claro sueños, sueños son.

Y yo sigo aquí,

Esperando,

Junto a ti, quizás

Veré las velas extinguirse,

Susurrando,

Siempre entre susurros,

Los muchos recuerdos,

Y momentos solos,

Entre sombras, entre verdes,

Entre mares,

Las estrellas callaran,

Al igual que los vientos hacen al verte

Y simplemente en el suspiro de la noche,

Susurraré,

Lentamente susurraré al oído.

Entre caricias y besos,

Que en sueños ya tuve,

En sueños,

Siempre en sueños,

Desvergonzados y obscenos,

Te susurraré,

Siempre susurrando,

Que nuestra historiase contó

En os labios de un susurro

Innato.

Susurro que se puede disfrazar,

Susurro que queda ciego,

Susurro que te quiere,

Pero, en fin, susurros

Siempre susurros.