Me desperté, como siempre hago, en un cuarto de baño, que en sus alrededores se podía oler el hedor a orina y excrementos. La vista la tenía nublada, pero pude percibir que había alguien enfrente de mí. Por la estatura y su manera de andar, pude deducir que era una chica. Pero no acababa de saber qué coño hacía una mujer en un servicio tan sucio, aparte de trabajar. Levanté la vista y, fue allí cuando, me di cuenta de que era la misma chica que me había encontrado anteriormente en el WC de mi casa, solo que esta vez en vez de ir con una bata, tan solo llevaba encima un sujetador y un tanga, mostrando a cualquier espectador, en este caso tan solo yo, todo ese registro de carne, lástima que hubiera perdido las lentillas, porque era una buena vista la que tenía delante de mí.
-Venga, Tomás levanta, que sé que no estás muerto.
La cabeza me daba vueltas y me encontraba tumbado en el suelo, intenté incorporarme, claro que lo hice, pero tenía el cuerpo tan resentido, que no pude moverme, tan solo pude quedarme sentado en ese sitio donde no habían aparecido, pero en cualquier momento de seguro que lo harían, las ratas y cucarachas que residían en ese entorno.
-Venga hombre, que no tenemos todo el día. Tú y yo tenemos una conversación pendiente.
-¿Sobre qué?- es lo único que pude llegar a mascullar.
-Sobre tu vida ¿no me digas que te has olvidado de mí?
-Ahora recuerdo ligeramente lo mal que estabas de la cabeza.
-Si, por lo que veo te vas acordando de lo que me contestaste la primera vez que nos vimos y hablamos.
-Mira no sé qué pensar sobre todo esto, en primer lugar no sé ni donde nos encontramos ni nada por el estilo.
-Es fácil de responder. Sinceramente no me gusta traer a la gente hasta este punto en concreto, pero Tomás, nos encontramos en tu subconsciente…
-¿Ves? Lo que yo decía, loca, nooo, si no loca de remate ¿cómo es que estamos en mi cabeza, cuando yo soy otro de los que se encuentran de pie, bueno no literal, pero sí que espiritualmente.
-Ya sé que parece raro, pero si te estás callado durante un momento podré explicarte todo el proceso- Ella hizo una pausa, para ver que estaba callado y sin decir ni mu-. Prosigo, el subconsciente de las personas se presentan como tú te lo estés imaginando, también sé que nadie se espera una cabeza tan mala o, incluso a veces ha habido también sorpresas, alegrías e incluso lloros, pero así es como la estáis amueblando mucho de los humanos a los que he visitado a lo largo del tiempo. No te creas que el tuyo es especial, ni nada por el estilo, muchos antes que tú, lo han tenido peor, no daré nombres, pero hubo cierto individuo, alemán, para ser más exactos que tan solo tenía un desierto de color gris donde reinaba el hambre la pobreza y una raza que se tenía por aria o algo así, ya me entiendes ¿no?
-Creo que me estás diciendo que al mismísimo Führer ¿le hiciste lo mismo que me estás haciendo a mí ahora?
-No quería dar nombres, pero para que te hagas una idea de la gente que tengo que ir a visitar, malnacidos como tú que no hacen más que, con perdón de la palabra, joder a los demás, mortificándolos hasta no poderle sacar nada más y una vez secos los dejan para que los cuervos u otra calaña aún peor acabe el trabajo ya empezado. El caso de que esté aquí es, para que te des cuenta de que el mundo en el que vives lo estás viendo como lo tienes ahora, ante tus ojos, todo lleno de mierda y literalmente hablando te lo digo, tienes una mente sucia, perversa y muy mal hecha por dentro, no he venido a regañarte si no para que vieras como te están viendo los demás, en realidad no ven a un hombre que se preocupa por su hija, ni por su mujer. Tan solo ven al gilipollas que es grosero con otras personas, una persona que necesita estar, o bien encerrada o bien entre animales.
-Vivo entre animales, la vida hoy en día es una maldita jungla, está llena de hipócritas y gente que no hace más que clavarte puñaladas por la espalda, gente que, te creas o no, son de tu misma familia. Además tengo otra pregunta ¿Por qué coño vas en ropa interior?
-Porque me tienes desprotegida, las amenazas que recibo, vienen directas de ti, en vez de pensar positivamente, que es como, entre comillas, me siento más segura, más protegida, más de todo, entre ellos puedo decir que me siento más vestida.
Todo ese monologo me parecía un cuento chino, pero fue entonces cuando vi la luz, en primer lugar fue un tenue destello, una rendija que iluminaba al final de un pasillo muy oscuro, pero a medida iba pensando en mis cosas, más grande. Y cuando menos me lo esperé. Me desperté.
Estaba en una cama, esta vez era de hospital, no eran sueños, me sentía un hombre nuevo, tan solo tenía unas correas que aprisionaban mis muñecas y mis frágiles pies. Sentado a mi lado derecho estaba mi dulce hija, llorando, como nunca la había visto, y a mi lado izquierdo estaba Mimí. Noté como me apretaba el hombro con dulzura con un simple gesto, tan solo uno, me había dicho Te Quiero y te he echado de menos cariño.
Mi mujer, cogió el teléfono de la habitación y oí que decía:
-El paciente de la habitación 434 se ha despertado…- se podría decir que hubo una pequeña pausa, pero en realidad estaba sollozando de alegría, fue entonces cuando colgó y me miró directamente a los ojos añadiendo- cariño ya nos vamos a casa.
Intenté hablar pero tan solo pude forzar mi desesperación, porque entró el médico dentro de la habitación, como sorprendido por verme despierto y este también venía con noticias.
-Señor Castaño, si se encuentra bien pestañee una vez si es que no dos- pestañeé una vez, me encontraba magnifico- de acuerdo, entonces le explicaremos el procedimiento normal, verá, ha tenido un traumatismo muy fuerte del cual no podrá volver a hablar ni moverte, siempre y cuando vaya con una silla de ruedas mecanizada- no podía creer lo que me estaban diciendo, yo sin poder moverme era como uno de los infiernos de Dante, mi voz, mi movimiento, mi mundo, mi todo. Estaba atrapado y sin poder chillar.
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