lunes, 28 de abril de 2008

Cristal

Fue una noche llena de emociones, cuando fuimos a las discotecas de Cala Millor, donde hay mucho ambiente de fiesta, playas y muchas más razas que en otro sitio de Mallorca, por aquel entonces. Donde las luces de Neón dejan que las luciérnagas descansen, donde la playa, te da intimidad, allá en ese mundo que es la noche.

Nos dejamos perder entre la maraña de multitud, entre un club de hip hop donde estaba lleno de “colegas”, chicas guapas, preparadas para bailar, esos ritmos raros, y muy obscenos; y otro por otra parte que era más bien discoteca, con muy buen ambiente, un billar, una barra, una camarera que estaba bastante bien, y un sinfín de cualidades que ahora mismo no me acuerdo. Bueno lo dicho, cuando entramos allí, encontré a un conocido de mi padre, un compañero de trabajo, Diego, junto con su primo y un amigo, nos saludamos, nos estrechamos las manos, y cada uno fue por su camino.

Al cabo de una o dos horas, encontré al amigo de Diego que se estaba poniendo las botas con una chica, que lo cierto no estaba nada mal; entonces Diego vino con nosotros, visto que su acompañante tenía planes para toda la noche, se vino con su primo a la terraza, que dejaba ver toda la calle principal de Cala Millor. Me ofreció darle una calada a un porro y la acepté, porque quien más quien menos estaba de fiesta. Pero no duró mucho porque enseguida vino el gorila de la puerta para que apagáramos esa sustancia nociva que estábamos tomando en ese momento. Le hicimos caso, así que fuimos dentro a tomar uno o dos cubatas más. Y su amigo seguía igual, con esa chica; pero entonces, después de que se lo llevara al baño, se dirigió hasta la mesa donde estábamos, y dijo “vámonos, ya”, se marcharon, no entendí muy bien por qué, porque todo marchaba bien, se ve que se arrepintió de algo, la conciencia o algo así, pero no supe nada hasta las seis de la mañana, que el pub cerraba y cuando estábamos bajando las escaleras, me detuve un momento, porque vi a la chica de la cita. Pero me detuve porque había algo raro, la observé y resulta que por sorpresa o asco, descubrí el gran secreto:

-Si cariño, ni que fuera un impedimento, estaba comiéndole la boca a ese bomboncito, y cuando me acarició allí abajo, se ve que la tenía más grande que él porque se asustó.

Resultó ser un transexual, que frecuentaba bastante el club, yo me estaba riendo por dentro, porque aparte, su tono de voz, era muy grave, como si muchos camiones hubieran depositado, su combustible dentro de su garganta. También me enteré de su nombre que resulta ser Cristal, un nombre que no le pegaba mucho, porque aparte de tener la voz como la tenía, era muy alta, basta, burda, y se le notaban los pelos del pecho, que le estaban saliendo por el escote.

La noche, para mí acabó bien, pero para el amigo de Diego, acabó con una nueva experiencia que contar, o mejor guardar, no sé.

Al cabo del tiempo me enteré por Diego que resulta que el amigo tenía una novia y se tenían que casar. Aún estoy dándole vueltas si era con Cristal.

Esto es un hecho real.

1 comentario:

mariloli dijo...

de tantas divertidas anécdotas que me has contado, no teía constancia de ésta. No sé si es que no me la has contado o simplemente he preferido olvidarlo