martes, 16 de septiembre de 2008

Conóceme XXXVIII

D

elante de nuestras caras se encontraba la gran estructura de Son Dureta , os describiría el lugar pero como deprime, mejor pasaré del tema. Entramos en recepción y pedimos donde podríamos encontrar al señor Colom, el recepcionista solo nos contestó con una voz de pito muy rara, que nos provocó una carcajada y un par de comentarios para luego. Resultó que el señor Colom estaba en observación, en fin que nos quedaba una mañana bastante larga dentro del hospital, que planazo, bueno lo cierto es que estaba allí porque quería, acompañé a un amigo a visitar a su padre enfermo pero visto como estaban las cosas, no sabía exactamente quién era el enfermo, si el señor Colom o Alfonso.

-Armando, no sé tú, pero yo estoy muy nervioso, no sé si te has dado cuenta- me preguntó como si hubiera hecho algo malo.

-No, no me he dado cuenta, pero si es así tranquilízate, que simplemente está en observación nada más, no tienes de que preocuparte- mentí, puesto que yo también me ponía nervioso cuando estaba dentro de aquel sitio, digamos que no era santo de mi devoción el pasar un día entero dentro de un sitio donde te pueden contagiar cualquier cosa, Dios sabe qué, pero los médicos a veces no lo saben y por eso muere tanta gente por enfermedad… bueno creo que esto es un tema un poco peliagudo, pero dime ¿cómo es que me queríais tender esa trampa o lo que sea?

-¿No te rindes nunca verdad?- yo asentí, esta vez ni me sonrojé- Pues te explicaré con muchos detalles de los cuales no te habrás dado ni cuenta- mientras me decía esto, entraban por la puerta principal Ricardo y Pedro cogidos de la mano y, justo detrás estaban Andrés y Charlie-, mira creo que irá bien que estemos todos, por eso los he avisado antes de coger el taxi.

-¿Cómo coño lo haces?

-¿Por qué te crees que me he quedado enganchado debajo de la sillita? Pues antes de que contestes, por enviar un mensaje global al grupo.

Me quedé a cuadros, esto era algo que no tenía previsto, en ningún momento mis amigos, de los cuales no me esperaba una estratagema así, me estaban burlando, poniendo la zancadilla, haciéndome caer encima de barro, absorto de mierda y miseria y ¿qué coño? Seguro que me lo busqué. Nos rodearon en la mesa como buenos compañeros y, al estar todos juntos Alfonso alzó la cabeza y con ella, también abrió la boca.

-Señores y señores afeminados- dijo para la nueva pareja- estamos aquí reunidos, para que Armando vaya atando cabos. La historia, si se le puede llamar de alguna manera, es que hace un año, cuando tú estabas tan mal, porque no sé si te acuerdas, pero estabas mal. Pues recibí una nota, más que carta de la prima de Pedro.

-Ahí te has equivocado, Blanca no es prima de nadie- miré alrededor y todo estaban asintiendo.- vale, perdón por la interrupción, mea culpa.

-Seguiremos pues. Pedro hacía lo imposible para sacarte de su casa, porque no aguantaba el tenerte que aguantar, todo el día cabizbajo y sin rumbo fijo, incluso repetías en tus sueños la palabra Inés, con una coletilla que decía “deja a ese hijo de puta”, pero claro ni con el tono tan bajo como yo, ni tan escueto, si no que tenías unos monólogos de horas y horas. Yo pensé en ayudarte, pero claro como Anna estaba embarazada, lo dejamos para cuando naciera la niña, así no te darías cuenta de que estábamos tramando algo.

“Al nacer Rosa- la niña le cogió de una oreja mientras reía- nosotros entablamos una pequeña conversación de la cual hablaba de ti, más que de ningún otro y decidimos preparar una reunión para celebrar el nacimiento de Rosa, para que tú vinieras-estaba, realmente boquiabierto-, el caso es que fue Charlie, quien tuvo la idea de hacer el cambio de papeles. Aparte, tengo que decir una cosa, Charlie también lo necesitaba, pero bueno de eso si queréis hablaremos otro día. Charlie te comentó lo del juego, fuiste el primero en decir que sí, pero sin darte cuenta de que, había algo más. Lo cierto es que no había mucho más ¿qué te acabas de dar cuenta de que nosotros ya estábamos cambiando? Sí, es posible, pero tú también has mejorado, no mucho porque cuando has visto que entraban a mi padre en la ambulancia, lo primero que me has preguntado a sido “¿qué coño habéis hecho conmigo?” O algo por el estilo, cosas que no cambiaremos, pero por el momento ¿a qué te has enterado de cosas nuevas?

Yo no tenía mucho que decir, pero en cambio tenía mucho que preguntar.

-Vale ¿puedo preguntar algo ahora?

-Pregunta, aunque sabemos todas las respuestas- respondieron todos a la vez.

-De acuerdo, pues ¿desde cuándo sabéis lo de Pedro y Ricardo?

-Ah, esto mejor lo contesto yo, para que vea lo gran actor que soy- dijo Pedro detrás del telón- ¿sabes la noche que te mudaste a mi casa?- asentí, como para olvidar esa noche, que llegué destrozado por haber encontrado a Inés y a Lorenzo dentro de su coche dándose besos y lo que no son besos- pues creo que fue esa misma noche, cuando Ricardo y yo empezamos a salir como pareja de verdad, por eso estaba tan cabreado esa noche, porque me jodiste la velada entera.

-¿Así que lleváis tres años para cuatro?- asintieron los cinco a la vez- Joder pues creo que tendré que tirar una solicitud a la ONCE porque no he notado nada de nada. Otra pregunta, las mujeres que entraban en tu habitación ¿qué coño hacían allí dentro?

-Es que verás, resulta que soy presidente de un club de ganchillo, y nos dedicábamos a dar rienda suelta a nuestras ideas, mira que no darte cuenta de eso, ya es pasarse.

-Ya ¿pero y la casa como es que estaba tan sucia?

-Ah, eso, es que me fui a vivir con Ricardo una temporada, cuando tú te fuiste, como a Jonás lo guardaba Eva… la verdad es que no me preocupé.

-Está bien, está bien. Qué bien escondido lo teníais todo, como para que me diera cuenta.

-Precisamente ese era la finalidad del juego- dijo Alfonso, que en ese mismo momento estaba gozando cosa mala.

-¿Qué juego ni que leches? Me habéis hecho una putada, yo no soy así, por Dios que he escrito incluso poemas.

-¿Y no has muerto verdad?- preguntó Alfonso.

-No, no he muerto pero no veas la vergüenza a la hora de ir con el diccionario para arriba y para abajo, soy más bien tirando a cazurro, nada más.

-Por eso te estamos dando el empujón, a mi prima le gustas, como nadie antes le había gustado, Armando y tú, por una vez sé sincero contigo mismo y no te agarres a Inés como si fuera lo que más fuerza te daba, está demostrando que es una pécora, tienes que intentar estar con una persona que te quiera y te comprenda.

-Sí, usa la invitación para ir al hotel Valldemossa bastante bien, pues no veas cómo me ha costado conseguir la mesa para día catorce de Septiembre- añadió Charlie, que aún no había dicho nada.

-¿Por qué día catorce?

-Eso ya es cuestión de que te acuerdes, nada más, nosotros no diremos nada- dijo Andrés que no había dicho ni hola, simplemente estaba embobado como siempre, mirando el móvil por si llamaba Nuria- antes de que preguntes, Nuria no existe, es simplemente una actriz conocida de Charlie, sigo siendo igual con las mujeres, pero habíamos dicho de que pintaríamos el cambio de cada uno, como una cosa chula.

-Tíos a cada frase que me decís me quedo más a cuadros.

-Menos quedarte a cuadros y espabila, que te hemos hecho esto porque no te estabas dando cuenta de que no tenías el porqué quedarte en casa y comiéndote la cabeza, por una tontería, como es enfadarte con una mujer como si encima se los hubieras puesto tú los cuernos. Levanta la cabeza y di que te comerás el mundo y no te olvides de mañana llevar un obsequio, los caballeros siempre tienen detalles, no lo olvides- apresuró a decir Alfonso.

-Creo que será difícil de no olvidar, después de todo lo que me habéis dicho, es simplemente brillante el plan que habéis tramado.

-Simplemente es un regalo, por ser un buen amigo, aunque a veces te cueste demostrarlo, lo seguirás siendo- dijo Ricardo mientras alzaba la copa- por cierto, hay otra cosa que no te hemos dicho. Pedro un día cogió uno de tus calcetines que tú utilizabas para masturbarte y resulta que… bueno no te lo tomes a mal, pero eres… ¿cómo decirlo sin que duela?

-Vamos que eres impotente, tus espermatozoides son vagos. Y tu mujer de vaga tiene lo que yo de santo- dijo Pedro, esta vez consternado.

-O sea que ¿Jaime no es hijo mío?

Todos negaron a la vez, pero esta vez no iba una risa de fondo, como normalmente, esta vez, simplemente había caras largas y nada más. Mis amigos me dieron una lección de humildad y lo único que pude hacer era esperar, esperar un milagro o mejor irme a casa andando, tan solo estaba a media hora, más o menos, pero lo que necesitaba ahora, era despejar la cabeza un rato.

Me marché sin despedirme tan siquiera, ellos lo entenderían. Resulta ser que la vida que soñé haber tenido, nunca fue mía si no de otro, mi Jaime, no era mío y por si fuera poco, lo único que me pertenecía eran los trozos de papel que había manchado durante meses, haciendo poemas o prototipo de ellos quizás, nunca lo llegaría a saber, porque al llegar a casa de mi tía Clara, lo primero que hice es salir a la calle y alimentar un fuego con los papeles que me había costado tanto escribir, pero que no servían de nada, eran sentimientos nulos, nunca habían existido, eran niebla sobre mí, por no dejarme ver lo que me interesaba de verdad, los que me rodean.

No hay comentarios: