martes, 26 de agosto de 2008

Conóceme XXV

Y

a os podéis imaginar cuales fueron los acontecimientos que se presentaron desde el punto en el cual Pedro se entera que su padre se está muriendo y, que su madre por otra parte no puede cuidar de Jonás, porque como es mayor, pues según que no puede hacerlo sola. Por otra parte estaba el factor ¿Dónde me meto yo? Bueno tenía bastantes expectativas a ver… Estaban mis padres, que no porque no iba a volver a su casa en plan “papá, mamá vuelvo a casa porque Pedro tiene que cuidar de su hermano subnormal”, la contestación de mi padre aquí sería “Pedro es el subnormal, no te engañes hijo, no te engañes”, vale tengo que admitirlo, yo, en la situación de mi padre, tampoco me lo creería, porque Pedro siempre ha sido… muy Pedro. La otra opción era aprovechar ahora que estaba vacío el piso de Charlie, pero cambié de idea cuando me enteré que Andrés lo usaba con Nuria muy frecuentemente. Y por último estaba la pensión Clarita, no es que fuera una pensión, pero si la casa de mi tía, la pobre ya está medio muerta y como pasa desapercibida allá donde vaya pues eso, la gente cree que está muerta, pero está bien viva.

-Tía, cuánto tiempo sin verte.

-Sí, desde la comunión, tú comunión.

-Ya, es que verás he andado muy liado, ya sabes negocios y cosas de estas, una vez haces la comunión te salen unas responsabilidades, como para darles esquinazo.

Se puso a reír mostrando una dentadura postiza que se le caía por momentos y seguía teniendo el mismo sentido del humor que siempre.

-¿Qué te han echado de casa?

-Hace como dos o tres años ya, he perdido la cuenta.

-Ah, está bien que pienses conmigo desde un principio. Y ahora ¿se puede saber que quieres? Porque si es dinero no tengo, el funerario se ha llevado sus honorarios esta semana y tengo que comer las sobras de los demás. Si te quieres quedar en casa… bueno tú sabes que cocino bien, así que tráeme los ingredientes y te cocinaré lo que quieras.

-De acuerdo.

-En cuanto a traerte a mujeres aquí, no te lo recomiendo en caso de que te quieras deshacer de ellas- se puso a reír y en seguida empezaron a caerle lágrimas de la risa.

-No pases pena tía.

Pasé dos semanas nada más allí. Digamos que luego volvió a aparecer Inés y las cosas cambiaron. Mi tía resultó ser más repulsiva que Pedro. Vale, tenía problemas con la vista y se ve que también con el gusto, porque muchos de los platos que ella preparaba eran dulces en vez de salados y los dulces, normalmente tenían burbujas de Colon. Menos mal que después de dos semanas Inés se dio cuenta de que no podía estar más sin mí y yo sin ella sinceramente.

Pedro por otra parte tenía problemas en casa con su hermano. Digamos que este tenía una decoración tirando a vulgar, el cuarto de baño, era en realidad un nido de revistas pornográficas donde Jonás aprovechaba para estudiar anatomía. En la cocina se podría aprender biología ya que en dos semanas descubrió que tenía un nido de cucarachas y no sin antes consultármelo, pensó en tener una chica de la limpieza. Yo accedí a ayudarle, incluso haría entrevistas a su lado, si lo necesitaba, pero creo que esto último no necesito mucha ayuda, bueno quizás al principio sí.

-Armando ¿Cómo se pone un anuncio de busco chica? ¿No será como esos anuncios de citas del periódico? Que ya sabes que tengo que cuidar de mi hermano, no pervertirlo.

-Pedro, si lo que quieres es educar bien a tu hermano, tira todas esas revistas de porno duro que tienes tanto en el baño como en la parte de debajo de tu cama.

-¿Tú, eso como coño lo sabes? Fisgoneabas ¿verdad?

-No, simplemente limpiaba, cosa que tú no tuviste ganas de hacerlo nunca

-Es que si una cosa te gusta ¿por qué tocarla?

-Cambiando de tema, porque con este veo que te lías, pondremos un anuncio, yo que sé dónde, pero lo pondremos, luego tú te encargaras de elegir a la chica, mujer o engendro que quieras elegir ¿de acuerdo?

-De acuerdo, pon en el anuncio que solo vengan rubias con el pelo corto.

-Sí hombre y también con implantes en los pechos.

-No, eso no, porque ya es pedir demasiado, pero que si se pudiera, no te digo que no lo pidiera.

-Era sarcasmo, por si no lo has notado.

-Bueno vale… pues entonces ¿pueden venir con liguero? Ya sabes de esos que enseñan las piernas.

-Pedro, haz el favor de tomártelo en serio.

-Vale, entonces pon que no sean sudamericanas que no puedo con ellas.

-Además racista está bien, déjame solo para escribir el anuncio.

-De acuerdo me voy a darle de comer a Jonás. Ahora verás, Jonás ven aquí- Jonás apareció en el umbral de la puerta- ¿ves? Parece un perrito cuando le das de comer, solo le falta mover la cola.

-Joder, como te pasas, venga márchate ya.

Al irse, empecé a escribir el anuncio y así terminaremos con la descripción de las andanzas de Pedro con su nueva cualidad de canguro.

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